Daniela
Caminé hacia mi auto sin Elizabeth, sin Alejandro, recordando la sonrisa de Angela, lo linda que se ve hoy, subí al auto, alguien se acercó.
- Señorita Montoya-dije parada frente a su cristal, ella lo bajo, quitó sus gafas de sol, sonrió.
- Dígame- no supe que más decir solo la mire, nuestros ojos se encontraron, yo apague el auto, baje, me pare frente a ella, nuestros ojos se miraban.
- Yo- me quede mirándola, observando, recordando que ella se iba en busca de un sueño, que yo no podía ni debía detenerla, debía dejarla ir, irse tranquila.
- ¿Sí? - espere su respuesta, deseando escuchar un me gustas o algo que me hiciera pensar que sentía lo mismo.
- Lindo auto – di media vuelta, caminé hacia mi auto, ella se quedó parada ahí, yo subí a mi auto, conduje, intentando no llorar, me fui a casa, estacioné el auto, entre, no había nadie en casa, fui directo a mi habitación, me quité los zapatos, coloqué mi bolso, me senté al borde de la cama, las lágrimas empezaban a salir, un silencio profundo, se rompía poco a poco con mi llanto, pero no era nada comparado con lo que vendría el siguiente mes.
Daniela
El mes de junio llegó, mi último mes en el colegio, conduje, conduje lo más lejos que pude, quería estar sola, no ir al colegio, estaba lista para verla, para aceptar que, en unas semanas, ella y yo no volveríamos a vernos, estacione el auto, cerca de la playa, me quite los zapatos, el pantalón, bajo el un traje de baño, camine descalza, me senté frente al mar, eche un vistazo, decidida entre, nade un par de minutos, supongo que tratando de no pensar.
Angela
Los días se volvían más grises, a pesar del sol que iluminaba la ciudad, yo me sentía, triste, apagada, iba al colegio con la ilusión de verla, entre a su aula, pero su lugar estaba vacío, sus amigos estaban ahí, pero ella no, ideas, escenas pasaban por mi mente, coloqué el marcador sobre el pizarrón en tono suave dije.
- Inicien las actividades ahora vuelvo- camine hacia el aula de enseguida, levante la mirada y ahí estaba ese chico el alma me volvió al cuerpo, pero aún me preocupaba que ella no estuviera, regrese al aula, tome el listado, al llegar a su nombre y recibir un silencio como respuesta, pregunté- ¿alguien sabe por qué no vino la señorita Montoya? - mis ojos se posaron en su amiga, quien encogió los hombros, no podía hacer más, al terminar la clase, fui con Veronica.
- Hola, qué cara- no se sentaba, estaba de pie, se veía tensa, tocaba su cabello, jugaba con su anillo, me puse de pie- siéntate por favor- la tome de los hombros y la lleve a la silla- estás logrando ponerme nerviosa- dije mirándola, ella seguía ignorándome- ya dime ¿qué pasa? - volteó a verme.
- ¿tienes algún justificante médico de Daniela Montoya? - la mire deseando escuchar un sí, porque así sabría que está bien.
- No- se puso de pie, camino hacia la puerta, yo la detuve.
- Debo ir a buscarla saber que está bien, ella jamás falta a clases- dije preocupada.
- No, no iras a ningún lado, estás alterada, Angela- la mire fijamente- basta, debes calmarte, ella está bien quizás tuvo algún compromiso, no lo sé- intente calmarla.
- Pero ella- si me volvía loca si no estaba.
- Si mañana no viene yo averiguo qué pasa, ahora siéntate, espérame y vamos a desayunar- la convencí, de tanto insistir, terminamos el desayuno, volvimos a clases.
Daniela
Volví a casa a las 4 de la tarde, mis padres no estaban, preparé un sándwich, encendí mi celular, llamadas, mensajes que no respondí, necesitaba un espacio a solas, para prepararme, suspire, tome mis cosas, fui a mi habitación, horas más tarde me fui a la ducha, al salir, encendí la tv, no prestaba atención, solo quería fingir que no estaba perdida en mis pensamientos, minutos después me quede dormida.
Angela
Una noche larga, unas ojeras adornando mis ojos, unos deseos por ir al colegio, tanto que fui muy puntual a las 6:30 am estaba ahí en el estacionamiento, esperando por Daniela, cuando la vi llegar, decidida baje del auto, camine hacia ella, ella bajaba su bolso cuando yo dije.
- Buen día señorita Montoya- suspire.
- Hola, buen día profe- dije sin voltear, cuando colgué mi bolso, en el hombro y cerré la puerta del auto, me di cuenta de que era ella, nuestros ojos se encontraron, ella sonrió.
- Señorita yo- estoy perdidamente enamorada de usted y ayer que no vino, me preocupe, la extrañe, es usted el motivo por el cual me levanto todos los días, por el cual me arreglo más de lo normal, usted provoca amor, celos, ternura- tiene una falta por no venir el día de ayer- no continué, su novio apareció.
- Buen día profe- le di una sonrisa, en las manos tenía dos vasos con café, la profesora respondió.
- Buen día- caminé hacia la entrada, mls ojos echaron un vistazo hacia Daniela, sus ojos se encontraron con los míos, yo seguí mi camino.
Daniela
Me quedé ahí, parada frente a Alejandro, sin decir nada, no quería estar ahí con él quería, deseaba haber tenido más tiempo para conversar con la profesora Angela quien al irse y seguir su camino, me dejaba llena de dudas yo la seguí con la mirada hasta que Alejandro dijo mi nombre.
- Dany- extendí mi mano, le estaba dando el café.
- Gracias-le di una sonrisa, caminamos juntos hacia el interior del colegio, al llegar a mi aula, nos detuvimos a conversar unos minutos.
- Te invito a comer, a pasar la tarde juntos- le di una sonrisa.
- Claro, te veo más tarde- dije de forma apresurada al ver a lo dejos a la profesora Angela.
- Si, mi amor te veo más tarde- sonreí.
Angela
Caminaba hacia su aula, en mi trayecto me encontré nuevamente con ese chico, seguí mi camino sin voltear a verlo, al llegar al aula de Daniela me detuve en la puerta miré mi reloj, ella entró corriendo, nuestros ojos se encontraron, ella sonrió, yo correspondí, durante la clase no podía dejar de mirarla de forma discreta, al finalizar le pedí.
- Señorita Montoya- ella se detuvo, junto con Elizabeth, cerca de la puerta.
- Dígame profe- me alegraba quedarme con ella, Elizabeth se detuvo y se quedó esperando por mí, la profesora le dijo.
- Señorita Elizabeth, cierre la puerta al salir por favor- mis ojos regresaron hacia Daniela.
- Claro profe- voltee la mirada hacia Dany.
- Ahora te veo, Ely- sonreí, caminé hacia el escritorio, me detuve estando frente a ella, me sentía nerviosa, tenía miedo de no poder controlarme y decirle lo que sentía, todo se volvió más difícil cuando sus ojos se encontraron con los míos.
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ANGELA
RomanceInesperado , imposible, mágico, especial, una coincidencia que marcará la vida de Angela, una profesora divorciada, madre de dos hijas, Daniela una adolescente que experimentará nueva sensaciones y sentimientos nuevos , el despertar de un amor.