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Golpeó la puerta con algo de nervios. Esta se abrió sola, un leve escalofrío se hizo notar en su cuerpo. Entró en paso lento, tenía 'miedo', recién había caído en cuenta que estaba tontamente sólo en un lugar que no conocía.
Aquella habitación era gigante, tenía una gran mesa en medio, y había muchas luces por el techo, se podría decir que estaba muy bien iluminado. Pero, algo allí daba aire de soledad, se sentía frío el ambiente.

Iván levantó la mirada, allí se encontró con unos ojos verdes brillantes, esos ojos le hicieron recordar a Juan, pero este 'señor' no era él. Este señor era parecido a aquel castaño en el que tanto pensaba, solamente que él es de una altura inhumana y se veía muy viejo.

- Iván Buhajeruk, ¿o me equivoco? - Habló él, un escalofrío recorrió a iván.

- Soy ese, señor.

- Es un gusto poder conocerte, joven Iván. - Sonrió - Soy El Profeta, máxima autoridad mágica.

- Un gusto... - Spreen miró para todos lados.

- Te preguntaras para qué te quiero acá, ¿no? - El joven tragó seco y asintió. - Tu eres la reencarnación de una de las brujas más grandes que alguna vez pudieron llegar a existir. Lo que quiero de ti, es tu magia.

Spreen se quedó helado, tenía ganas de preguntar el porqué de aquella petición, pero no le daba el valor.

- Niño, tu magia es importante, muy importante. Necesito extraertela, no la necesitarás en el mundo humano.

Las ganas de salir corriendo apoderaron a Iván. Estaba a punto de decir algo, cuando alguien entró a la habitación. Volteé al escuchar el ruido de la puerta, lo reconocí al instante, Juan había entrado.

- Padre. - Clavó sus ojos en los de su padre, se veía un notable odio.

- Juan, querido. - sonrió sarcástico.

- Deja a Iván en paz, es imposible extraer magia sin matarlo.

- ¿Tu crees que me importa? Lo único para lo que sirve este chico es para agrandar el reino.

- Tú y tu anticuado reino me tiene harto, no puedo creer que matarías a alguien para aumentar tu poder.

- Mis manos fueron manchadas de sangre hace mucho tiempo, sabes bien que por mi grandeza haría lo que fuera. - rió con aire egocéntrico. - ¿Qué tiene este chico de importante? Sé que es tu amigo, pero no es que sea importante para tu vida.

- Es que... - volteó a ver a Iván, para (en segundos) volver a ver a su padre. - No lo entenderías, padre.

- Habla, Juan. - Levantó su mano derecha, con la palma mirando para arriba, generando una esfera de algo que se veia violeta, era como un gas que brillaba mucho, Iván quedó muy sorprendido- O lo mato.

Juan respiró profundamente - Yo lo amo, padre. Lo amo muchísimo, más de lo que alguna vez amaste a mi madre. - Él santafesino se quedó helado, ¿lo amaba?, sonrió inconscientemente, no era buen momento para declarar su amor, pero su cara se puso roja.

- Aw, que lindos. - Habló sarcástico. - Aún así, necesito su magia. - Hizo un movimiento extraño con la mano, y aquel gas violeta se estaba dirigiendo a Iván. Él no sabía que le iba a pasar, pero estaba seguro que no era algo lindo. Cerró sus ojos, no quería morir, no así.

Veía aquella esfera acercarse a velocidades inhumanas, ¿iba a morir?, no estaba listo para aquel acto. El miedo había paralizado su cuerpo entero. Hasta que sintió que algo que nunca había pasado, él empezó a... ¿levitar?

Immortal she, return to me... Primer Libro // SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora