*Capítulo 28: ¿Cuál es la cuenta bancaria de tus padres?

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{MARK POV}

El sonido del móvil me despertó, alguien me estaba llamando.

–¿Diga?–pregunté con voz ronca, todavía seguía teniendo sueño.

–Hola Mark ¿te acabo de despertar?–dijo la voz de Anna desde el otro lado de la línea, bufé, me restregué los ojos y me senté en la cama.

–¿Qué pasa Anna?–le contesté, me fijé en mi mesilla de noche, donde estaba la foto del primer día que conocí a Alex, Roy y yo a los extremos y Alex en el medio, los tres sonrientes. Con mi dedo índice acaricié el rostro de Alex y sonreí.

–Sólo quería quedar contigo–me dijo.

–¿Para qué? Anna este no es un buen momento, Alex está en el hospital–dije suspirando y pasándome la mano por el pelo.

–Mark, me gustaría hablar sobre lo nuestro, ¿No crees que es demasiada coincidencia que nos hayamos encontrado después de tanto tiempo?–me dijo ilusionada.

–La verdad es que veo poca coincidencia en todo esto, está claro que me ibas buscando y cinco años es lo que has tardado–le dije brusco.

–¿Y no te llama la atención saber cómo te he encontrado?–me dijo, el timbre de la puerta sonó, me levanté y me asomé a la puerta de la habitación de Roy, mi hermano dormía como un lirón, fui a la entrada.

–No, no me llama la atención Anna, están llamando a la puerta, tengo que colgar– dije y colgué. Ahora mismo sólo voy en mis calzones, ¿pasa algo si abro la puerta así? bah, da igual.

Abrí la puerta, MIERDA, ¿por qué justo ahora aparecen los padres de Alex?

–¿Cómo tú no llevar a mi hija a hospital primer momento?–dijo la madre de Alex con su horrible inglés y dándome una colleja, ¿por qué siempre esta mujer me pega?

–Mónica, deja al chaval, no es su culpa–dijo el Sr Jiménez.

–Al menos tú poner algo de ropa encima–me regañó Mónica, yo me sonrojé, ambos entraron en el apartamento y yo fui a mi habitación a ponerme algo, un pantalón de chandal y una camiseta.

–Bueno ¿y dónde está Alexandra?–me preguntó el padre de mi princesa.

–En el hospital, Sr Jiménez–dije serio, él empezó a reírse.

–Oh, por favor muchacho, ya somos casi como de la familia, llámame Juan, al fin y al cabo pronto seré tu suegro–me dijo con una sonrisa, ¿eso quiere decir que ya está pensando en que me case con su hija? Es demasiado pronto todavía ¿no? me pasé la mano por el pelo y sonreí tímidamente.

–¿Qué pasado a mi hija?–dijo la madre de Alex; en serio, su inglés duele al escucharlo.

–La han intentado envenenar, Mónica–dije mientras suspiraba, Mónica me mató con la mirada.

–Yo no he dado a ti permiso para tú llamar a mí Mónica–me dijo seria, yo tragué saliva, la madre de mi novia comenzó a reírse–¡¡Ser broma!!–se empezó a reír, yo miré hacia todos los lados incómodo, no entiendo el humor de esta mujer.

–¿La han envenenado?¿Quién?–dijo Juan Jiménez.

–Todavía no lo sabemos, pero ha tenido que ser alguien muy cercano a ella–dije y Mónica entrecerró los ojos hacia a mí, acusatoria.

–¿Podemos ir a verla?–dijo el Sr. Jiménez.

–Claro, un momento que me vista en condiciones, despierte a mi hermano y vamos hacia el hospital–dije levantándome y señalando el chandal, ellos asintieron y sonrieron.

Viviendo con gemelos ||(EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora