Capitulo 9

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Pasaron varias semanas y ya se acercaba la mejor época del año: navidad.

Ari y Temo sacaban algunas cajas que contenían adornos navideños ya que comenzarían a adornar la casa, Ari ya estaba de vacaciones así que ya podía estar todos los días con su familia.

-Mi Tahi precioso- dijo Ari abrazándolo y dándole muchos besos-. Estoy tan feliz de pasar otra navidad junto a ti y nuestros hijos.
-Yo también, mi amor- dijo Temo-. No sé qué sería de nosotros si nuestro amor no hubiera triunfado.
-Ya no pensemos mucho en el pasado, sigamos viviendo el presente y amarnos hasta el infinito.

Abrazados se dieron muchos besos, aunque hubiera discusiones en su matrimonio, celos y momentos de tristeza se resolvían con el gran amor que se tenían. Estaban tan concentrados besándose que no se dieron cuenta que ciertas personitas llegaron.

-¡Échenles agua!- exclamaron Sebastián y Rafaela.
-¡Niños!- dijeron ambos riendo al separarse del beso.
-Ay papá Ari, pues casi que te tragas a papá Temo- dijo Sebastián.
-¡Sebastián!- lo regañó Temo y rieron-. Suban a cambiarse porque ya vamos a comenzar a decorar la casa.
-¡Si!

Sebastián y Rafaela subieron a sus cuartos para cambiarse, los esposos rieron ya que les encantaba cuando sus hijos reaccionaban de esa manera. Iban a comenzar a sacar las cosas cuando repentinamente le vino un mareo a Temo, Ari se dió cuenta.

-¿Estás bien, Tahi?- preguntó Ari.
-Si Tahi, solo fue un mareo- dijo Temo.
-¿Seguro?
-Claro, tú no te preocupes. Mejor dame un beso.

Ari sonrió y le dió un beso. Los jóvenes bajaron ya cambiados y comenzaron a sacar las cosas para adornar la casa.

Ese era un lindo momento en familia porque podían divertirse ya que eso era la navidad, Sebastián y Rafaela amaban esos momentos porque recordaban muchas cosas de cuando eran niños. Ari y Temo colocaban unas decoraciones, voltearon al escuchar las risas de sus hijos y sonrieron al verlos apoyándose mientras colocando unas decoraciones.

-Nuestros bebés- dijo Ari sonriendo.
-Por eso me encantan estas fechas porque estamos más en familia- dijo Temo y se dieron un beso, pero repentinamente tuvo otro mareo.
-Tahi, ¿seguro que estás bien?
-Si amor, solo fue un mareo normal.

Continuaron haciendo lo suyo, para Temo era extraño que volviera a tener otro mareo, eran dos mareos en un solo día y en un solo rato.

La mejor parte era a la hora de decorar el árbol porque lo hacían todos juntos, Ari y Temo sacaron una caja con 4 esferas que eran muy especiales. En una ocasión mandaron a personalizar esas esferas con sus nombres y cada año las elegían al azar, el nombre que les saliera tenían que pedir un deseo bonito. En esta ocasión Ari le tocó a Temo, Temo a Ari, Sebastián a Rafaela y Rafaela a Sebastián.

-Deseo seguir a lado de mi Tahi y que la vida nos dé nuevamente la dicha de ser papás- dijo Ari sonriendo y acariciando el vientre de su esposo.
-Yo deseo que nuestro amor se siga manteniendo igual de fuerte y ser feliz a tu lado el resto de nuestras vidas- dijo Temo mirando a su esposo y se dieron un beso.
-Mi deseo es seguir siendo una buena hermana para mi mellizo y nuestra hermandad siempre perdure- dijo Rafaela.
-Yo lo que deseo es siempre seguir a lado de mi hermana, cuidarla y protegerla, pero en especial quererla al igual que mis papás.

Cuando terminaron de decorar el árbol, Sebastián cargó a Rafaela en sus hombros para que pudiera colocar la estrella. Al final los cuatro se abrazaron, estaban felices de pasar juntos esas fechas.

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