Capitulo 13

297 23 3
                                    

Llegó la navidad, los Córcega López se terminaban de alistar para irse al edificio Córcega con toda la familia.

-¿Ya estás listo, Tahi?- preguntó Ari.
-Ya estoy- dijo Temo y sonrió al ver a su esposo-. Que guapo estás.

-Tú estás el doble de precioso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Tú estás el doble de precioso.

Se dieron un beso y Ari se agachó a la altura del vientre de Temo donde dejó un beso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se dieron un beso y Ari se agachó a la altura del vientre de Temo donde dejó un beso. El castaño sonrió ante esa linda acción de su esposo, lo mismo hacía cuando sin saberlo estaban esperando a los mellizos.

-Bebito, hoy todos van a saber la noticia de tu llegada- le hablaba Ari al bebé-. Todos van a estar felices y en especial tus hermanos mayores, ellos serán los más emocionados.
-Tu papá tiene razón, mi amor- decía Temo también hablándole a su bebé-. Vas a llegar a una enorme familia que te va a amar mucho.
-Ya estamos listos- dijeron Sebastián y Rafaela.
-Que guapos.

-Que guapos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sebastián y Rafaela siempre se arreglaban bien, esa noche no sería una excepción

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Sebastián y Rafaela siempre se arreglaban bien, esa noche no sería una excepción. Ari se había levantado pronto antes de que sus hijos le hicieran preguntas. Miraron la hora y sabían que ya era hora de irse con toda la familia, subieron los regalos al auto y se fueron. Durante el camino Ari no dejaba de acariciar el vientre de Temo haciéndolo sonreír, lo bueno era que Sebastián y Rafaela estaban distraídos platicando.

Llegaron al edificio y al entrar al departamento de doña Blanca los jóvenes fueron directo a saludar a los demás. Junto al árbol había muchos regalos que serían los del intercambio y los Aristemo fueron a dejar los suyos. Ari abrazó a Temo por atrás y sonrió.

-La sopresa que se llevarán todos- dijo Ari-. Nuestros hijos serán los más emocionados.
-Robert está que no se aguanta la emoción, pero le dije que se esperara que ni a Julieta le ha podido decir- dijo Temo y se dió media vuelta para mirar a su esposo-. Recordé la primer navidad que pasamos juntos, aún no nos atrevíamos a besarnos.
-Pero después de nuestro primer beso sabía que no me detendría y te besaría todos los días del año, incluso en navidad.

Sonrieron y se dieron un beso, cualquier época del año era un lindo momento para recordar cosas bonitas.

-¡Ey Aristemos!- gritó Pancho y la pareja rió-. Dejen de besuquearse y ya vengan a cenar.
-Abuelo, mis papás solo se demuestran su amor- dijo Rafaela-. Es algo lindo.
-¡Aún no tendrás novio!- dijeron Ari y Sebastián.

Todos rieron y la pareja fue a sentarse junto a los demás.

La cena navideña con toda la familia era un bonito momento porque recordaban todo lo que vivieron durante el año. Ari y Temo estaban muy emocionados de dar la noticia a todos, sin darse cuenta, Grecia los miraba de manera sospechosa.

-¿Qué se traen, muchachos?- preguntó la mujer-. Andan muy sospechosos.
-No es nada, Grecia- dijo Ari-. Solo es la felicidad de estar otra navidad juntos, en especial con mi hermosa familia.

Continuaron cenando, Temo trataba de controlar sus antojos pero disfrutando del momento y Ari lo ayudaba un poco.

Luego de cenar todos fueron a sentarse a la sala mientras los más pequeños jugaban. Ari y Temo sonreían al ver a sus hijos conviviendo con la tropa Unidos.

-¿Cómo va el nuevo sobrino?- preguntó Robert en voz baja.
-Todo bien- dijo Temo acariciando su vientre-. Ya listo para darles la sorpresa a todos.
-Será una bonita sorpresa.
-Aunque se llevará por muchos años con sus hermanos sabemos que se querrán mucho- dijo Ari colocando su mano junto a la de su esposo.

Papás Aristemo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora