Ari y Temo habían cumplido su sueño de casarse, su felicidad creció mucho cuando Temo descubrió que estaba embarazado. Inesperadamente el día que Temo dió a luz se llevaron la sorpresa de que tuvieron dos bebés. Ari y Temo lograrán ser unos maravill...
-¡Ey, atención!- dijo Linda llamando la atención de todos-. Ya llegó el momento esperado por todos... ¡El intercambio de regalos!
Todos se emocionaron por ese momento. Sonrisas y abrazos iluminaban ese bello momento al abrir los regalos. Luego del intercambio la familia se entregaban más regalos, los Aristemo ya estaban listos para dar la sorpresa.
-Oigan, solo queda un regalo- dijo Daniela al ver el único regalo que quedaba bajo el árbol-. ¿De quién es?
Sin decir nada, los Aristemo se levantaron para tomar esa caja y volvieron a sentarse, estaban listos para dar la noticia, miraron a Robert con complicidad.
-Este regalo es para nuestros hijos- dijeron ambos mirando a los mellizos-. Pero es algo que también queremos compartir con todos ustedes.
Ari y Temo dejaron la caja en la pequeña mesa de la sala quedando frente a sus hijos, leyeron una pequeña nota que decía: "Esto es algo que han anhelado. Nos conoceremos pronto". Extrañados por ese mensaje, los mellizos abrieron la caja y encontraron dos playeras. Los mensajes escritos en ellas dejaron en shock a los mellizos.
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-¡¿Hermanos mayores?!- dijeron los dos hermanos. -¡¿Qué?!- exclamó el resto de la familia. -Familia... ¡Estamos esperando otro bebé!- dijeron los Aristemo muy felices mostrando el ultrasonido.
Los gritos de felicidad no se hicieron de esperar, fue la reacción que los Aristemo esperaban ya que aún tenían la suficiente edad para volver a ser papás. Sebastián y Rafaela aún estaban sorprendidos, sus padres reían por sus reacciones.
-¡¿De verdad vamos a tener otro hermanito?!- preguntó Sebastián emocionado. -De verdad, hijo- dijo Temo sonriendo-. ¡Van a ser hermanos mayores! -¡Papi!
Los mellizos muy felices abrazaron a su papá Temo, su sueño de tener un hermanito se había cumplido y en una fecha especial.
-¡Ay, me dan ganas de llorar!- dijo Rafaela muy feliz. -¿Por qué, mi amor?- preguntó Temo sonriendo. -Voy a tener otro hermanito y eso me emociona. -Les prometemos que seremos los mejores hermanos mayores- dijo Sebastián.
Los demás se levantaron y felicitaron a los felices futuros papás, había sido una gran noticia esa noche. La celebración continuó hasta que todos cayeron agotados.
Los Córcega López regresaron a casa, estaban muy cansados y ya solo querían descansar. Ari y Temo miraron a sus hijos que no dejaban de sonreír, se acercaron a ellos y los abrazaron.
-¿Están felices, hijos?- preguntaron. -Demasiado- dijo Rafaela sonriendo-. Yo solo quiero que pase el tiempo para cargar a mi hermanito o hermanita. -¿Cuándo sabremos si es niño o niña?- preguntó Sebastián. -En dos o tres meses más, hijo- dijo Temo-. ¡Ay, mis niños van a ser hermanos mayores!
Los cuatro se dieron un abrazo, fue una noche llena de alegría. El cansancio ya comenzaba a hacerse presente, así que ya se irían a dormir.
-Ya vayan a dormir, hijos- dijo Ari sonriendo. -Buenas noches, papá- dijeron los mellizos y ambos le dieron un beso al vientre de Temo-. Buenas noches hermanito o hermanita, aún no te conocemos pero ya te amamos.
Los jóvenes subieron a sus cuartos para ya dormir. Ari y Temo se abrazaron teniendo sus frentes juntas.
-Te amo mucho, Tahi- dijo Ari sonriendo-. Mi vida es tan bonita contigo y nuestros hijos. -También te amo, mi vida- dijo Temo-. Nuestros muchachos, nuestro bebé y tú son mi todo.
Se dieron un tierno beso y subieron también ya a dormir.
