Capitulo 18

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Ari y Temo llegaron al hospital, se iban a acercar a recepción para preguntar por su hijo, pero vieron a Rafaela en la sala de espera y se acercaron a ella.

-Papás- dijo al verlos y los abrazó entre lágrimas.
-Tranquila mi amor, aquí estamos- decía Temo sin dejar de llorar-. ¿Han dicho algo de tu hermano?
-Aún nada, pero estaba perdiendo mucha sangre. No quiero que le pase nada a mi hermano.
-Todo va a estar bien, hija- dijo Ari consolandola.

Ari y Temo no se separaban de su hija porque realmente la notaban mal. El castaño se levantó para traerle agua a Rafaela cuando repentinamente una fuerte punzada en su vientre lo detuvo, el quejido alarmó a Ari y se acercó a él.

-¿Qué tienes, Tahi?- preguntó Ari.
-No es nada, solo fue un pequeño dolor- dijo Temo y le dió otro dolor más fuerte-. ¡Ayy!
-¡¿Qué tienes, papá?!- preguntó Rafaela preocupada.
-Me está doliendo mucho.
-¡Rápido hija, busca a tu tío Axel!

Rafaela corrió a buscar a Axel, Ari comenzaba a llorar ya que no solo era el estado de su hijo, ahora eran los dolores de Temo. Rafaela regresó pronto ya con Axel y llevaron a Temo a revisar, la joven abrazó a su papá sin dejar de llorar.

-No quiero que le pase nada a mi papá ni a mi hermanito- dijo Rafaela.
-Tranquila mi niña, aquí estoy contigo- dijo Ari abrazándola-. Tu papá y tus hermanos van a estar bien.

Los minutos pasaban y no recibían noticias de ambos, Ari no dejaba de abrazar a su hija ya que la notaba demasiado asustada. Durante ese lapso llegaron Pancho, Susana, Polita y Eduardo.

-Hijo, venimos en cuanto supimos- dijo Polita-. ¿Cómo está mi nieto?
-Aún no sabemos nada, mamá- dijo Ari sin soltar a su hija-. El que también me tiene preocupado es Temo.
-¿Qué tiene el Temístocles?- preguntó Pancho.
-No lo sé, suegro. De repente le comenzaron a dar dolores en el vientre y Axel lo llevó a revisión.

Todos se quedaron en la sala de espera, Susana y Polita abrazaban a Rafaela ya que aún la notaban asustada. Luego de unos minutos que parecieron eternos por fin apareció Robert.

-Ari, Sebastián ya está fuera de peligro- dijo Robert, Ari y Rafaela se abrazaron con alivio-. Ahorita se está recuperando y en un rato podrán pasar a verlo.

Por lo menos los Córcega López se sintieron tranquilos de que el joven ya estaba bien. El momento se estaba irrumpiendo cuando por el pasillo se escuchaba a alguien corriendo.

-Ari- lo llamó Axel.
-¿Qué ocurre, Axel?- preguntó Ari-. ¿Cómo está Temo?
-Estoy que te voy a decir es algo delicado y necesitas ser fuerte. Vamos a tener que inducirle el parto a Temo.
-¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! Temo no tiene ni siete meses de embarazo.
-Lo sé, pero en el ultrasonido que le hicimos notamos que ya no se encontraba el líquido amniótico y los latidos del bebé se escuchaban muy débiles. Tenemos que sacarlo ahora o podría morir.

La noticia cayó como un balde de agua fría para todos, las lágrimas comenzaron a derramarse. Rafaela no aguantó más y salió corriendo de ahí, el corazón de Ari latía con mucha fuerza pero ya no había otra opción.

-Firmaré lo que sea- dijo Ari-. Pero por favor Axel, salva a Temo y a mi hijo.
-Haremos todo lo posible- dijo Axel-. Robert, voy a necesitar tu ayuda.

El miedo volvía a invadir a esta familia, Ari miró a su alrededor y notó la ausencia de su hija.

-¿Y Rafaelita?- preguntó.
-Solo vimos que salió corriendo, estaba muy triste- dijo Susana.
-Voy a buscarla, me avisan cualquier cosa.

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