Papás Aristemo

Capitulo 22

La noche había transcurrido con normalidad, sin ningún inconveniente. Temo fue el primero en despertar y sonrió al ver a Ari durmiendo sin soltar su mano, aunque se sentía mal de que hubiera pasado toda la noche en ese banco.

-Tahi, ya despierta- decía Temo moviendolo y el rizado comenzaba a despertar, sonrieron al verse-. Buenos días dormilón.
-Buenos días- dijo Ari acercándose para darle un beso-. ¿Cómo dormiste, mi amor?
-Dormí bien, aunque me siento mal de que tú te quedaras sentado toda la noche.
-Eso no importa, no me quería separar de ti.
-¿Cómo está Matías?
-Está bien, Robert vino en la madrugada a ponerte un medicamento y le pregunté por él, dijo que pasó la noche sin ningún problema.

Temo sonrió y juntaron sus frentes, al menos saber que su bebé estaba bien lo hacía sentir tranquilo. Ari le daba muchos besos a su esposo y no se separaba de su lado, quería que se sintiera tranquilo, sobretodo ahora que su bebé estaba luchando por su vida. Temo abrió sus ojos al ver que ya era un nuevo día y quería verlos.

-Tahi, quiero ver a nuestros mellizos- dijo Temo.
-Claro Tahi, voy a hablar con Robert para ver si Sebastián ya puede levantarse- dijo Ari dándole un beso-. Ya vuelvo, te amo.
-Y yo a ti.

Ari salió de la habitación, al pasar por la sala de espera vio a Pancho y a Polita. Se sentía un poco apenado por ellos y lo mejor sería que se fueran a descansar. Ambos vieron al rizado y se levantaron.

-¿Todo bien, hijo?- preguntó Polita-. ¿Cómo está Temo?
-Ya está más tranquilo y en este momento quiere ver a los mellizos. ¿Cómo van las cosas con Matías?
-Por el momento todo bien, está hermoso.
-¿Ya lo fueron a ver?
-Si, aunque tenga muchos aparatos conectados se ve que será un niño muy fuerte- dijo Pancho.
-Lo mejor será que vayan a descansar, yo me quedaré con Temo y los niños.
-Si hijo, cualquier cosa nos avisas.

Ambos se fueron y Ari fue a la habitación donde se quedaron sus hijos. Sonrió al verlos aún dormidos, muchos recuerdos vinieron a su mente de cuando eran pequeños y dormían juntos en algunas ocasiones. Se acercó a ellos y los despertó.

-¿Qué pasa, papá?- preguntó Sebastián.
-Levantense hijos, su papá ya está despierto y quiere verlos- dijo Ari.

Muy felices ambos se levantaron, Sebastián con ayuda de su papá y hermana se acomodó en la silla de ruedas, salieron de la habitación para dirigirse a la de Temo.

El castaño tenía la mirada pérdida ya que no dejaba de pensar en su bebé, solo quería tenerlo en sus brazos. Salió de sus pensamientos y sonrió al ver entrar a su esposo junto con sus hijos. Ya estando junto a la cama los mellizos abrazaron a Temo y él correspondió.

-Que bueno que ambos están bien, mis niños- dijo Temo y miró a su hija-. Hija, tu papá ya me contó cómo te sentías y son cosas que inesperadamente suelen suceder en la vida, tú no tienes la culpa de nada.
-Papá Temo tiene razón, pero nosotros siempre vamos a estar para defenderte- dijo Sebastián.

Los cuatro se abrazaron, eran una linda familia y pronto los cinco estarían juntos. Robert entró a la habitación y sonrió al ver esa linda escena, todo ya no era tanta tristeza. Enseguida de Robert entró una enfermera con una silla de ruedas.

-Temo, ya podemos llevarte a ver a tu bebé- dijo Robert y eso alegró a la pareja-. Pero no te puedes levantar. Como te dije, el bebé es prematuro y es más pequeño que cualquier niño recién nacido, tienes que estar preparado para verlo conectado a los aparatos que están monitoreando sus signos vitales.
-Descuida Robert, lo único que quiero es ver a mi hijo- dijo Temo.

Entre Ari y Robert ayudaron a Temo para que se sentara en la silla de ruedas para llevarlo a terapia intensiva donde estaba su bebé, los mellizos salieron detrás de ellos.