Capitulo 25

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Últimos capítulos...

Los días y las horas pasaban, el pequeño Matías ya iba mostrando mejoramiento. Ari, Temo y los mellizos no dejaban de ir a visitarlo al hospital para que sintiera que estaban a su lado, el pequeño ya comenzaba a tener más reflejos porque ya miraba un poco más las cosas y ya tomaba los dedos de su familia.

Un día Ari llegó de trabajar, se le hizo extraño que hubiera mucho silencio en la casa pero supuso que Temo y los mellizos no estaban. Subió y al pasar por el cuarto del pequeño Matías vio a Temo sentado en el sillón abrazando una cobija de su bebé. Entró, pero le partió el corazón al ver a su esposo llorar.

-Ari- dijo Temo cuando lo vió y secó sus lágrimas-. No te escuché llegar.
-Perdón amor, no escuché a nadie y pensé que no estaban- dijo Ari y le dió un beso.
-Yo he estado aquí toda la mañana y los mellizos me avisaron que irían a ver a su hermanito.

Un nudo en la garganta de Temo apareció y no pudo evitar romper en llanto nuevamente, Ari lo abrazó dándole muchos besos para que se tranquilizara ya que estar lejos de su bebé los estaba afectando mucho.

-Tranquilo Tahi- le decía-. Sé que el estar lejos de nuestro bebé nos ha afectado, pero está en buenas manos para que ya pronto esté aquí en casa.
-Ay Tahi, han sido ya casi cuatro meses de que nuestro hijo nació y no puedo estar tan separado de él.
-Por lo menos nuestro hijo ya no está entubado y va reaccionando bien al tratamiento.

Ari no dejaba de abrazar a su Tahi, él también sentía la ausencia de su bebé pero tenía que ser fuerte por su esposo. El celular de Ari comenzó a sonar y contestó, era Sebastián.

-¿Qué pasó, hijo?- preguntó Ari-. A ver, habla con calma que no te entiendo... ¿Qué le pasa a tu hermanito?... De acuerdo hijo, en este momento vamos para allá.
-¿Qué pasa, Ari?- preguntó Temo-. ¿Qué le pasa a nuestro bebé?
-Tranquilo Tahi, por como escuché a Sebastián no es nada malo. Pero si es necesario que vayamos al hospital.

Tomaron algunas cosas que necesitarían y subieron a su auto para irse al hospital. Durante el camino Temo estaba nervioso por saber lo que pasaba con su bebé, Ari tomó su mano y dejó un beso en esta.

Llegaron y entraron corriendo buscando a sus hijos. Sebastián y Rafaela se mostraban muy felices, su felicidad fue mayor cuando vieron a sus papás.

-¿Qué pasó, hijos?- preguntó Temo preocupado-. ¿Qué sucede con su hermanito?
-Tranquilo papá, Matías está bien- dijo Sebastián-. El tío Axel dijo que en cuanto llegaran pasaran a su oficina.
-No hagan más preguntas y vayan- dijo Rafaela-. Para que vean que no somos malos los acompañamos.

Ari y Temo se miraron ya que no entendían nada pero siguieron las indicaciones que les dieron sus hijos, pero ahora no sentían angustia como cuando iban en camino.

Llegaron a la oficina de Axel, se encontraba revisando unos papeles y cuando vio a la pareja sonrió, eso indicaba que las noticias eran buenas.

-¿Qué pasa, Axel?- preguntó Ari-. Los niños dijeron que necesitabas hablar con nosotros.
-Así es- dijo Axel sonriendo-. Pero antes de decirles, hay alguien que quiere verlos. Adelante enfermera.

La enfermera entró y en sus brazos llevaba al pequeño Matías. Los ojos de la pareja se cristalizaron al ver que su bebé ya no tenía el oxígeno, ya respiraba por sí solito. Lo tomaron en sus brazos y las lágrimas de felicidad comenzaron a derramarse, llenaron de besos a su bebé.

-Después de 107 días en los que fueron de una gran lucha este pequeñito finalmente podrá ir a casa- dijo Axel-. Pero como está muy pequeñito aún requiere de ciertos cuidados, pero demostró ser un bebé muy fuerte.
-¡Gracias Axel!- dijeron emocionados-. Nuestro bebé hermoso, ¡por fin ya estarás en casa con tu familia!

Papás Aristemo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora