-Esta abriendo los ojos-.
-No papá, ya muchas veces los abrió pero no paso nada-.
-De verdad Amber creo que esta reaccionando, mira ya tiene los ojos un poco más abiertos, quédate acá, yo iré a buscar al medico-.
Por el sonido de una máquina que estaba junto a mi, la cama, el suero, y los carteles me di cuenta de que estaba en u cuarto de hospital. ¿Cómo había llegado a allí? Era muy extraño. Sentía que todo me dolía incluso los dientes. Junte todas las fuerzas que pude y apenas logre susurrar Amber.
-Shhhh, no gastes energía monstruito. Esta todo bien, dejame explicarte todo y si al final tienes alguna duda pregunta.-. Creo que era la primera vez en años que Amber me hablaba en un tono tan dulce mientras acariciaba mi cabello. -Matt fue quien nos aviso, según él estabas haciendo ejercicio cuando te desmallaste. Él te trajo al hospital cuando estabas inconsciente y luego nos aviso a papá y a mi. Por si te lo preguntas ya son las once de la noche, estuviste inconsciente más de diez horas.-. Me dijo haciendo un gesto con la cabeza para señalarme la ventana, claramente ya era de noche. También me señalo un ramo de flores de una docena lleno de claveles blancos, rojos y rosas. -Esas te las trajo Matt, estaba muy preocupado, se nota que te quiere-. Entrelazo sus dedos con los míos y apretó mi mano con mucha fuerza. -Los médicos dijeron que te desmayaste por inanición, osea por no comer. Además ahora que lo pienso estas mucho más flaca, tu me dijiste hace unos días que estabas en 80, pero cuando los médicos te pesaron estabas en 73.-.
Debía pensar alguna explicación rápida. Si descubrían lo que hacía no me entenderían y se enojarían conmigo.
-Por dios, es increíble, se nota lo mal acostumbrado que esta mi cuerpo. No ceno ni desayuno por un día y hago deporte a la mañana y me desmayo. Supongo que con el tiempo me adaptare-.
-De todos modos ya te están alimentando por el suero-. Siguió acariciándome la mano cuando toco una herida que tenía en los dedos por meterlos por la garganta hasta vomitar. -Abie, quería preguntarte algo...-.
Entro un médico en la habitación seguido por mi padre. Él debía tener unos 55 años, y estaba lleno de canas. Cargaba con un libreta y una birome negra.
-Hola Abie, déjame presentarme, soy el médico Sanders y soy quien lleva tu caso.- Le hizo una seña a mi padre y a Amber para que se retirasen, tomo una silla y se sentó frente a mi.
-¿Como te sientes?
-Bien, me duele un poco la cabeza pero nada más.
-Tu hermana me comentó que hace menos de una semana pesabas 90 kilos y cuando te pesamos nos dio 73, dime Abie, ¿Cómo hacer para bajar 17 kilos en menos de una semana?
-No se. Creo que por los nervios de la mudanza empece a dejar de comer en exceso, además de que ahora tomo clases de ballet con mis amigas y hago ejercicio por las tardes-. Ese medicucho estaba loco si pensaba que iba a decirle algo.
-¿Pero no crees bajar más de 3 kilos por día es una exageración?
-Cuando pesas 90 no.
-Ok, y dime como te hiciste esas marcas en los dedos.
-La verdad no se. Es la primera vez que las veo. supongo que me lastime cuando me desmaye.
-Claro-. Dijo en tono sarcástico. -Y como puedes explicar la irritación de tu esófago-.
-No se.
-De acuerdo. Mira Abie, no se que estas haciendo ni cual es tu objetivo solo se que no has sido sincera con las respuestas y déjame decirte que la forma correcta de bajar de peso es con una dieta sana y con una o dos horas de caminata diarias-.
Entró mi padre en la habitación junto con mi hermana.
-¿Y doctor?-.
-No le encontramos nada. Por las reservas de grasa que tiene su cuerpo no ha tenido ningún problema grave ya que al cuerpo no le falto energía en ningún momento. El desmayo se provoco debido a que no había cenado ni desayunado y probablemente el calor colaboro. Además durante la última semana ha bajado mucho de peso y el cuerpo tarda en estabilizarse, al ser tanto el peso que perdió en tan poco tiempo es probable que su cuerpo se haya descompensado. Recomiendo controlarle los alimentos, muchas vitaminas y carbo hidratos pero sobre todo proteínas. Recomiendo que le de pasta aunque sea 3 veces a la semana, un poco de carne todas las noches, bastantes frutas y verduras y uno o dos dulces a la semana. También recomiendo unas vitaminas, debe tomarse dos por día durante una semana y por favor cancele cualquier otro tratamiento con pastillas-. Mientras anotaba el nombre de las vitaminas en su libreta y le entregaba la receta a mi padre.
-¿Porque dice lo de otro tratamiento?, Abie no toma nada más.
-Pues sus análisis de sangre dicen otra cosa, según esto ella ha estado consumiendo altos niveles de cafeína, ácido alfa lipoico, cromo, piruvato e Hidroxicitrato entre otros compuestos, los cuales son característicos de las pastillas para adelgazar.
-No puede ser, por un lado mi hija no compra esas cosas, por el otro no tenemos dinero para comprar esas drogas y por el otro no me falta ni un peso así que ella no me robo.
-Esta bien señor. Bueno le haremos unos estudios más incluyendo el de orina y seguramente mañana a la hora del almuerzo podrá salir.
-Gracias doctor.
-Antes de olvidarme-. Se detuvo en el marco de la puerta.-Solo uno de ustedes puede pasar la noche con ella.
-Si ya nos avisaron las enfermeras, se quedara Amber. Gracias doctor.
Mi padre se me acerco y me acarició el cabello.
-Mañana hablaremos, ahora descansa.
Amber me dio un beso en la frente y se acostó en un sófa que había en la habitación, definitivamente ella se quedo dormida antes que yo. Debía pensar en alguna historia para decirle a mi padre cuando él empiece con su entrevista.
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El precio de la corona
Non-Fiction41% hambre 38% laxtantes 19% dolor 2% comida 0% limites (2014)