EL CAMINO A ELEGIR #

58 6 0
                                    

SEBASTIAN

Estoy escuchando, ya comienzo a hacerlo.

Las cosas van mejor ahora que he dejado atrás la pequeña lucha interna que tenía días atrás.

En casa todo va mejorando, he prometido ir a terapia algún día. Papá y mamá ya no me ven con tristeza, bueno no lo llaman así. Según ellos me ven con esperanza.

Pero voy por el camino correcto o eso pienso. Hay demasiadas caminos en la vida para saber con cordura si estamos en el correcto.

Isa, ella está como siempre. Cómo quisiera regresar a ser niño.

Ahora me encuentro en camino con la doctora Amelia. En algún día llegó a hoy.

Voy solo, no quiero que me estén esperando, además están ocupados con lo suyo. No quiero ser molestias, ya he causado demasiado daño.

Me visto con un pantalón y abrigo con gorra y salgo de casa.

En estos días he Sido solo yo y nadie más. Tengo tantas semanas sin hablar con nadie que mi celular está que estalla de mensajes por responder. Por ahora los ignoro a todos.

Dejo una nota en pegada en la nevera con tres palabras.

"Vuelvo luego. Sebas"

No les he informado que iré a mis secciones de nuevo. Claro que noup.

El día está lluvioso, el viento sopla muy fuerte. Cómo no tengo coche llamo a un Uber.

Tengo que esperar unos treinta minutos para que esté llegué a la casa.

Cuando llega me subo y le doy mi dirección.

-Son veinte dólares joven -informa.

-Solo han Sido diez minutos ¿Por qué tanto? -busco mi billetera.

- Así funciona esto. Además no es mi coche.

Cómo si me importará.

Le doy lo que me pide y salgo. Tengo que correr un poco para evitar empaparme por completo.

Un buen día para salir de casa.

Y tenemos clases luego.

Estando dentro pido información a la recepcionista y me da el número de puerta y me explica dónde es exactamente el consultorio.

Al llegar tomo asiento en la sala de espera, hay uno que otro paciente en espera.

Se abre la puerta donde supuestamente tengo que entrar, una pareja con una niña de unos cuatro años sale, no me doy tiempo de verlos, me paro y entro.

Una señora de unos cuarenta años me recibe sentada, se ve serena.

Se nota que controla sus demonios muy bien.

Se acomoda las gafas negras, algunos mechones de color azul caen en su frente, aunque tiene el cabello recogido en una dona.

Tiene personalidad.

¿Qué nos ocurrió? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora