CUATRO AÑOS DESPUÉS.

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LUCIA.

— Y por último, queridos compañeros, tenemos que tener en cuenta que nuestra carrera no es nuestra enemiga, de lo contrario. A pesar de esfuerzos, noches malas, las ganas de dejar tirado todo, vale la pena. Cada noche en vela nos da el valor de poder afrontar cualquier cosa que se nos venga por delante. Cuando sientan que no pueden más, miren hacia atrás. Se darán cuentan que hay avanzado demasiado, a pasos cortos o largos, lo han hecho. —les sonrió— Bienvenidos a la universidad.

Los del nuevo semestre me aplauden, y con una última sonrisa le doy paso al director de carrera.

— Nada mal, para estar en tercer semestre. —paso por su lado. 

— Lo mismo digo. —tomo asiento en la última fila.

Isaac se sienta a lado mío.

— a diferencia de usted señorita Luciana, soy del quinto semestre. —giro los ojos.

Saca su celular y se comienza a tomar fotos.

—¿Quieres unirte? —le sonrió.

— Vale, idiota. —me acerco.

— Este idiota es tu mejor amigo.

— Por suerte —saco la lengua cuando captura la imagen.

Después se guarda el móvil y se acomoda la corbata.

— Odio las conferencias de bienvenida. —mira con recelo a los nuevos— Se ven como pollitos de colores.

—¿Tiernos?

— A punto de morirse. —rió. le doy un un codazo.

— También fuiste un pollito de color, no lo olvides. —le recuerdo.

— A diferencia de ellos, quería amiga. No viene acompañado de mi madre. —los apunta de nuevo— También no me exagere en la vestimenta.

Señala a una chica y un chico. Bueno es verdad, parecen que van a la alfombra roja.

— Ya. No los molestes. Por lo menos a ellos su madres los quieren.

— F por nosotros. Ni modo. —se encoge de hombros— Después de esto, lloraré sin parar en mi noble cuarto, hasta que se me hinchen los ojos.

— Que dramático.

Los maestros dicen lo que vendra con el pasar de los días, los nuevos intervienen con preguntan frecuentes. Algunos ni entienden lo que dicen.

Los maestros les dan el paso a unos tres más y dan por terminado la conferencia.

Me levanto con mi acompañante y me dirijo al parking.

—¿Vienes a la novatada? —pregunta.

—No me lo perdería. Es fiesta de disfraces querido amigo Isaac Newton. —me burlo

— Claro, Luciana. —contra ataca.

Minutos más tardes estaciona en mi casa y nos bajamos juntos.

Abro la puerta mientras mi acompañante mira a su alrededor, cuando entramos paso de largo sin dar aviso de mi llegada. Voy directo a mi cuarto. Isaac se tumba en mi cama, pero antes agarra una revista de mi mesa.

Lee en voz alta el encabezado.

—¿Cuando se terminarán las vacaciones de la familia Wesley? ¿Será acaso que vendrán este verano? —me retiro los aretes— ¿Será cierto que su hijo adoptivo, está de vacaciones?

Me retiro los zapatillas altas.

— ¿No sabes nada de ellos?  —pregunta— Aquí dice que tienes contactos con ellos.

¿Qué nos ocurrió? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora