'GRUPO'

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En una escondida parte de un pueblo desconocido, a lo profundo de una hacienda que trabaja exportando fresas, existe una mansión, en la cual residen unos viejos amigos.

Cuando una caminata roja se estaciona, y varios chicos salen de está retirando una mascara de sus rostro, un chico amarrado de manos y con un saco negro en la cabeza son la principal impresión de un señor.

Aunque el asombro es muy actuado y les sonríe a los chicos da una orden clara y precisa.

— Retirarle la máscara, que vea todo. —llevo su copa de vino a su boca. Un chico alto, de cabello teñido de rojo oscuro acato la orden.

Eran cinco personas en total y aunque una personita faltaba, el los daba por completo.

Desorientado parpadea más de tres veces.  Pero en su rostro no existe ni una gota de miedo, más parece que encontró su verdadero hogar.

— Deja que adivine —le sonrió aquel chico— Eres el tipo misterioso, el que ha estado acosando por mensajes y con stickers. Lo cual no juzgo, es muy creativo de tu parte, ya que tu edad no es muy normal eso. Muy raro pero divertido. De alguna manera turbia, claro.

Observó si entorno y su sonrisa se extendió.

— Creo que he perdido el tiro de todo esto, ya que he estado afuera por mucho tiempo, pero esto no se ve a nada de una liga profesional ¿O si?

El señor sacudió la cabeza divertido.

— Nah. —sacudió de forma elegante la copa para luego señalar con la cabeza— Está bien Sebastián, no has perdió el tiro de nada. Pero te pediré que dejes de actuar como si no te importara. Es normal estar asustado.

—¿Por qué lo estaría? —se volteo a ver a las personas de su alrededor— No estoy frente a desconocidos, ah sin contarte por supuesto.

— ¿Te gustaría saludar?

— Claro que sí —se acerco a cada uno de ellos— Marcos, Robert, Andrés, Erick. Me alegra verlos de nuevo.

Nadie se movió ni hablo por unos segundos.

— No pensé que sería así pero, al parecer se han quedado mudos.

— No es así muchacho —se acerca a sebastian — ellos no hablan sino les doy la orden.

— Lame botas. Ya veo.  —El FBI ríe.

— Se podría decir, hijo. —sebastian frunce el ceño.

Le da la copa a Erick y está se la lleva, después de un par de señas, los chicos se retiran.

El señor de queda frente a sebastian que no duda en sonreír.

— Dereck. —dice al fin— Claro, eres tú tipo loco.

— No precisamente. Soy Jhon. —confiesa— Y creo que no me gusta tu reacción a todo esto.

— ¿Prefieres que grite? Lo podría hacer.

El asiente.

— No eres Sebastián ¿Verdad? —se aleja— Tiene sentido.

— De lo contrario, nunca he Sido más el que yo mismo. Desde hace tiempo. —es su turno de acercarse.— Al menos que quieras que te lo demuestre. Papá.












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