ESTRELLAS

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SEBASTIAN

Decidí caminar a la orilla de la playa en la noche, tuve que dejar a Lucia con una de sus amigas —solo espero que se comporte— Había optado por un camisa y pantalón color banco para andar en la oscuridad de la playa, el cielo gozaba de estrellas y una espléndida luna llena.

No solo no se que hacer al respecto sino que odio sentirme así. Me siento culpable de algo que no debería sentirme.

No fue mi culpa. Fue la de ella.

—¡Ash! —pateo la arena.

Tengo el sobre guardado en el cajón que está a lado de mi cama, y no pienso dárselo a mamá. Se que me miraría mal por aquello.

Decido sentarme de mala gana en la arena.

Que hija de puta es la vida.

Te quita las personas que quieres, te hace alejar de quienes amas, hace que las despedidas duelan, hace que un abrazo se convierta en un recuerdo. Simplemente es vida.

Cierro los ojos y pienso en todas las personas que no he vuelto a ver.

Y es una lista larga.

Robert, Marcos, Andrés, San, Antonio, Erick....Gaby. El entrenador... Y a todos aquellos no pude despedirme.

Cómo mi padre.

Lo tengo todo ¿Que me hace falta?

Creo que entiendo a que vacío se refería mamá, aquella vez que entre al departamento por primera vez.

Y no me gusta entenderlo.

Abro los ojos de nuevo.

Me acomodo en la arena de mejor manera, debo dejar mi resentimiento aún lado y aprender a entender a los demás.

No necesito tenerla en mi vida, solo necesito el porque lo hizo.

— Bonita noche ¿No crees? —Una chica se sienta a mi lado. Miro a mi alrededor.

—¿Estás sola? —asiente— No deberías. Puede ser peligroso. —Agarro una pequeña concha vacía y juego con ella.

— Bueno...mis amigos no están tan lejos. —dice— Vine a aclarar mi mente y bueno me senté a tu lado.

Silencio.

—¿Eres de aquí? —me pregunta.— ah perdón, no me he presentado soy Emma.

— Sebastian —le sonrió.— No soy de aquí. Vengo de otra ciudad. No tan lejos.

— Ah.

—¿Y tú?

— Yo vengo de los Angeles. —informa— Decidimos venir con mi novio y un par de amigos a pasar el rato.

Asiento.

—¿Tu tienes novia?

—Nah —niego— Estoy bien como estoy.

¿Qué nos ocurrió? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora