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DARLING.

Tome mi coche cuando acabe la tarea, seguí el sendero de costumbre camino a la mansión de Dereck.

Cuando estaciones me di cuánta que todos los coches estaban en un mismo lugar. Y eso significaba que la familia estaba reunida.

Baje del coche y alisé mi camisa y acomode mi pantalón que por motivos de perdida de peso por el entrenan me quedaba un poco flojo.

Ni bien entre en la mansión me di cuenta que todo estaba demasiado silencioso. Siempre suele a ver gritos e insultos por doquier.

Camine hasta la sala donde pude escuchar voces.

Al llegar detuve mis pasos cuando mis ojos se percataron de alguien que no debía estar ahí.

Fruncí el ceño y mi mirada cayó a los presentes. Todo el mundo estaba sentado alrededor de la mesa, la cual estaba llena de comida.

Trague saliva cuando Dereck me invitó a sentarme.

Me senté a lado de Marcos, frente a Sebastian.

El aludido no apartaba sus ojos de mi, con cada movimiento que hacía el era el primero en darse cuenta.

Nadie decía nada.

— Los presentaría pero ¿Para que? Ya todos se conocen. —desde que entre fue la primera vez que aparto su mirada, para derigirsela a Dereck.

—¿Que hace ella aquí? —pregunto serio. Me di tiempo en darme cuanta de que algo no estaba bien. Algo en sebastian no cuadraba.

Espere una reacción desde que me vio entrar, pero hasta ahora solo ha hecho esa pregunta.

— ¿Emmy? —asiente— ah, pues es de la familia hijo. Como todos aquí.

Su sonrisa se expandió.

—¿Sabes? Es hora de irse.

—¿Tan pronto?  —nego— ¿Quieres que te preste un coche?

— No me estás entendiendo. —rió— El viene. Por ella. —explico señalando me.

Acto seguido los ojos de Sebastián cambiaron a uno más claro que el anterior. Dereck a mi derecha se tenso aunque lo supo ocultar muy bien.

Marcos a mi lado me susurro al oído.

— Deberías irte.

—¿Que está pasando?

— Por lo que he tendió y lo que he investigado, Sebastián sufre de una enfermedad llamada trastorno de identidad disociativo —ladee mi cabeza sin entender lo que me acaba de decir. Después de suspirar pesadamente continuo—  es cuando una
persona está bajo el control de dos identidades distintas de forma alternativa. Una de ellas toma el lugar de la otra constantemente.

Mire a sebastian.

— Vete Emmy. —negué— No sabemos cuál personalidad tiene. Puede ser peligroso para ti.

— El no me haría daño.

Sebas no te haría daño. No sabes quiénes lo controlan.

Iba a seguir negando en irme cuando el se levantó de manera abrupta.

— Ufs! Comienza diversión —comento Andrés.

— Manos en sus armas. —ordenó Robert. Coloca se de manera defensiva.

Erick estaba lista para atacar si algo pasaba.

— Nadie se mueva —ordeno Dereck— Quien lo lastime, no veré de nuevo la luz del sol.

Todos asintieron pero no dejaron las armas.

— ¡Que las guarden! —se levanto histérico me apunto— Tu, largo. —como vio que no me movía grito— ¡Ahora!

La silla hizo un fuerte sonido cuando me levanté y gane su atención. Los chicos se pusieron de pie atentos.

Dereck intento acercarse.

— Será mejor que no lo haga señor. —aconsejo Robert— Puede terminar mal.

Y sebastian hablo.

—¿Que haces aquí? —retrocedí.— ¿Por qué estas aquí?

— responde maldita sea —La voz de Dereck me hizo pegar un pequeño salto.

— E-eh.....—los chicos se hicieron a un lado cuando Dereck hizo una seña. Sebastian se acercó cuando me vio sola.

— Eres parte de todo esto ¿Verdad? —di dos pasos hacia atrás y el dio tres hacia mi.— No te preocupes. Ya lo sé todo.

Mi cuerpo se tenso y me gire para verlo. Dereck nego sin saber lo que decía.

—¿Eh?

— lo veo en tus Darling. Lo veo.  —su mano toca mi mejilla.— Tu miedo traspasa lo que te sucedió y aunque él no lo sepa aún. Nosotros lo sabemos y no lo puedes ocultar. Es tan.....visible.

Sin despejar su mano de mi mejilla su frente toca la mia.

— Veo cada huella en tu cuerpo. Cada tacto de el...—tenia sus ojos cerrados— Pero no temas pequeña. No sé lo diré, tú lo tenés que hacer. El merece saberlo.

— Sebastian.....—abrió sus ojos.

— No soy Sebastian. —sonrió.

—¿Y quién eres?

— Aún lo estoy descubriendo. —su mano se aparto para tocar mi labio inferior— no temas. Nadie aquí te hará daño. No lo permitiré.

— alejen al chico de ella. —murmuro con asco— Es inofensivo. Por ahora.

Fue Erick quien lo alejo, me ofreció una sonrisa antes de tirarme un beso.

¿Que carajos?

—¿Alguien me puede decir que está pasando?

— ¿Que alguien te diga? —rio Andrés— ¡Lo tienes en frente y aún no te das cuenta lo que pasa!

— Cállate, Andrés. —dijo serio Robert.

—¡Ella es la tiene que callarse! —mirona Derek — ¡Por ella a formado todo esto! Wooow.

—¿De que hablas? —pregunto— ¿Por qué lo dices? —Andres comenzó a temblar literalmente, pero la sonrisa que tenía en su rostro no desaparecía.

— ¿No sé dan cuenta? —rió— El....el ....no lo sabe, pero sus sus personalidades si que lo saben.....

—¿Saber que? Habla ya.

— Si, si .....No se cómo pero ellos saben su historia. La historia de una niña que ....

— ¿Se los han dicho? —lo interrumpí encarando a Dereck— ¡Se los has dicho!

— No grites.

—¡¿Que no grite! —me acerque a Dereck. Mientras que Andrés seguía explicando pero lo ignoraba— ¡Era mi secreto! ¡No tenías derecho a expandirlo por todo el puto mundo! —las lágrimas caían de nuevo— Solo mío......y ahora el lo sabe ¿No sabes lo difícil que es para mí todo esto?

— Yo no he dicho nada. —asegura. Resoplo.

— Claro.  —lo señalo— solo sigo aquí por el. Solo por el tengo claro.

—Hey —me alejo de dereck.— Deberías calmarte y comenzar a escuchar. El jefe no miente, no ha dicho nada.

Veo Andrés que se a calmado un poco.

— El ve lo que yo veo. La aurora de cada uno de ustedes. Y el enorme color negro de Emmy no es fácil de ocultar. Se expande a su alrededor y las huellas son cada vez más visibles.

— ¿Cómo...?

— Estás llena de caos. Y el lo sabe, pero no dirá nada.  —finaliza. Marcos se lleva a Andrés a otro sitio y me quedo mirando aquel chico que no deja de verme.

¿En qué me he metido?






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