Narrado por la autora.
Fue una vez en un Orfanato...
Fue una vez una doctora con ganas de convertirse en madre ....
Fue una vez un amigo, que no dudo en perderlo todo por la chica que tanto amaba....
Fue una vez una niña que tuvo que cometer sacrificios para poder ser libre .....
Fue una vez una pequeña con un balón de voley...
Fue una vez un hermano que tuvo que desobedecer a sus padres, para que su hermana tuviera todo.
Fue una vez una madre que cometió muchos errores que acabaron con ella.
Un señor que recluta victimas, para acabar con los culpables.
Fueron un grupo de amigos que siempre estarían juntos.
Fue una vez, un chico llamado Sebastián.
Fue una vez, un señor de un carrito de helados....
*****
En las noticias, en los periódicos, en las redes sociales, cada tipo de revista informativa, tenía como encabezado la desaparición de una jovencita.
Luciana.
Sus padres la buscaron por mar y tierra sin tener resultados, suplicaban a las autoridades que regresaran con bien a su pequeña niña.
La madre en un mar de lágrimas, hablo con los reporteros de cada canal, llorando por su bebé, arrepentida de todo lo que una vez no pudo hacer por su hija.
Un padre que no dormió por meses, pagando una exagerada cantidad de dinero a cada detective del mundo. Enojado con sigo mismo por no poder protegerla.
Un chico que se culpaba de no haber estado con ella, cuando era su responsabilidad de cuidarla.
Un hermano que nunca se pronuncio.
*****
Es ahora un joven llamado Sebastian.
Es ahora una chica libre en una prisión sin rejas.
Es ahora un grupo de amigos que quieren irse.
Es ahora un hermano más tranquilo.
Es ahora una chica en busca de una salida.
Es ahora un señor en busca de más sangre.
Es ahora el mismo Orfanato.
Es ahora una mujer al cuidado de sus dos hijos.
Es ahora un esposo que aún Sigue o perdiendo.
Es ahora una madre que ya no puede cometer más errores.
Es ahora un nuevo chico.
Es ahora una pequeña lejos de lo que fue su familia.
Es ahora solo un carrito de helados sin dueño.
Es ahora....la realidad.
Es ahora dónde nos damos cuenta que ....los finales felices no existen.
*****
Diario
Soy yo de nuevo, se que me he perdido por estos días, pero la verdad creo que me estoy acostumbrando a esto.
A los chicos.
A la parejita feliz.
A el.
Al nuevo integrante. Aunque para mí sea muy callado.
Ya no tengo ese miedo de estar con ellos cuando todo empezó. Me gustaría ser parte de ellos, pero es imposible. Solo estoy aquí porque según ellos les debo.
Tengo mis manos manchadas como todos.
En busca de una salida, solo encontré más barrotes. Quiero regresar aveces.Pero eso no pasará, cada día Dereck nos pide más. Más sangre.
Es difícil ver todas las noches, las manos manchadas de sangre del grupo, ver sus caras a la hora de dejar sin vida a un ser vivo. Sus expresiones, lo fácil que lo hacen ver. Más el, aunque no lo demuestre se que disfruta ver sus manos manchadas.
Sebastian dice que lo entiende. Que los entiende. A cada uno de ellos, para mí es difícil, nunca se que esperar de ellos.
Si ...Diario. Me hubiera gustado no preguntar nada. Me hubiera gustado seguir lejos de ellos. Pero dicen que debo seguir sus pasos.
Eso es lo que no entiendo....quieren que siga sus pasos, pero solo me dejan aquí, sin hacer nada. Sola con un cuaderno usado. Un cuadernos lleno de recuerdos de esa chica llamada Darling, la que ahora se hace llamar Lily. Es increíble la forma en la que narra todo, todo.
Desde que Sebastián pareció en su vida, una especie de libre que llamo "la adopción correcta" pero me cuesta creer que no haya puesto ningun extra o más contenido de su vida. Aquí en estás páginas lo narra maravilloso. Es totalmente fantástico como narra la muerte de aquel abusador y de su madre. Pero me asquea la forma muy descriptiva de como fue torturada cada noche.
Pero ahora es muy diferente, Dereck Ha entrado en sus mentes y los ha cambiado a todos. Hasta a mí.
Cada noche salen y yo me quedo en el sótano. Llegó a creer que me tienen miedo.
Se que mi hermano Sebastián me odia. Aunque lo niegue.
Se que mamá me teme.
Se que papá también lo hace.
Mi hermano me contó que su mayor deseo era no tener una debilidad y yo se lo cumplí. Aquellos mechones rubios dejaron de ser cuidados.
Pero eso no le gusto mucho. Por eso estoy aquí abajo. Aislada de todos.
Con un diario que ni siquiera es mío.
No fue buena idea fingir mi secuestro cuando era niña. No fue buena idea ser criada en este entorno.
No fue buena idea convertirme en uno de ellos. Porque a diferencia de todos ellos, yo no selecciono víctimas, para mí todos lo son.
Escucho pasos que se acercan.
Adios diario. Ya vienen por mi.
— Es hora de irse, Isabella.
Nota:
Aún falta el epílogo y se acaba todo.
Pero díganme ¿Lo esperaban?
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¿Qué nos ocurrió?
Teen FictionSebastián Wesley creció, ya no es un chico el cual penso que no tendría un hogar, el que se pasaba sus días sobrepensando lo mucho que le aterraba la soledad. Ahora no solo tiene una familia que lo quiere, sino que a muchos amigos que lo admiran, pe...