Capítulo 3

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Era el día en que Jane debía ir con Satoru, se había programado lo mejor que pudo este tiempo para poder mantener todo en orden hasta que ella volviera. Lo primero que hizo fue hablar con su jefe acerca de su ausencia, sabía que podía seguir trabajando aún estando en la casa de Satoru pero quería evitar cualquier tipo de contratiempo y mantener la mente despejada estos días. Ya era una carga mental convivir con el y no quería que se le saliera de las manos.

Recibió el correo de Nakamura, su jefe. Básicamente le otorgó todos los permisos que le pidió y más aun. La castaña pensó que si no fuera porque su jefe está interesado en ella ya la hubiera echado hace tiempo, no es que hiciera un mal trabajo pero parte del trato que hizo con sus padres para poder llevar una vida lejos de la hechicería la limitaba a ir a ciertos lugares. Por lo tanto se perdía la oportunidad de aportar y realizar contratos en países muy lejanos aún cuando su contrato le demandaba la disponibilidad de viajar.

—¡Ya estoy aquí, amor!—la voz de Suki inundo sus oídos haciendo que despegará los ojos de su computador para saludarla.

—¿Cómo estás Suki? Dame un segundo mientras respondo esto—.

Respondió rápidamente para luego guardar su computador y seguir ordenando sus cosas. Mientras Jane buscaba lo necesario, Suki se dedicaba a urgar las cosas que su amiga llevaba en su maleta. Una mueca de desagrado llegó a su rostro y se giro viendo a la castaña negando.

—Eres una aburrida, Jane—dice sacando de su bolso una pijama larga que había guardado recientemente—Esto no es nada atractivo—.

—Oye guarda eso—la regaña—No voy a mi luna de miel para llevar tus conjuntos degenerados—suspira—Además no me interesa lucirme frente a ese idiota—.

—Como sea iras a ver a tu esposo, haz que se arrepienta de perderte—la mira y ella negó.

—Yo fui la que lo dejo para empezar—aclara —Solo quiero terminar con esto rápido y seguir tranquila con mi vida lejos de él —.

—Se que es un imbecil de lo peor—se acerca a ella—Pero ¿No has pensado que quizás cambio en todo este tiempo?.

—La gente como él no cambia nunca—sentencia con frialdad para luego pararse a terminar de ordenar.

Suki suspiro, como fueran las cosas conocía a su amiga y era una cabeza dura. Se le metía algo en la cabeza y no había nada que la hiciera cambiar de opinión, deseaba ver a su amiga feliz al lado de alguien que la valorará y aun que Gojo era un idiota, era su esposo y por lo poco que entendía  las costumbres raras de su clan o lo que sea a lo que pertenezca ya no podía dejarlo.

—Encima el infeliz manda a Geto y no es capaz de venir a dar la cara—se queja Jane desde el baño—.

—Conociéndote, Jane. Fue bastante inteligente de su parte—ríe desde afuera su amiga.

—Ya es todo—se acerca Jane con un montón de cremas y cosas para su aseo personal.

—Pense en que podrías comer y luego te íba a dejar a la casa de Gojo—propone su amiga.

—Si porfavor, no he comido nada de ayer. Me dare una ducha rápida, no me tardo—ella asintio.

Mientras Jane se bañaba a la rubia se le ocurrió la brillante idea de elegirle la ropa que se pondría Jane, su misión era hacerla ver como la auténtica mujer que era y demostrar que ella es la real señora Gojo. Probablemente la mandaría al diablo pero lo hacia por su bien.

Al cabo de un rato Jane salió de la ducha, noto la ropa que dejo Suki encima de su cama y decidió no protestar. Al final el vestido que eligió había querido ponérselo hace tiempo y aún que nunca lo admitiría, si quería verse bien. Sin importar cuanto quisiera ignorarlo por su orgullo, lo que Gojo le hizo la había echo sentir inconforme con ella misma y esa era una de las razones por lo que lo odiaba profundamente.

After Hours | Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora