Capítulo 8

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El reloj marcaba las 2:10 de la madrugada, el frío estaba haciendo de las suyas y el poco calor que emanaba el cuerpo de Jane hizo que despertara. Lo primero que encontró fueron las tapas en el piso abandonadas, no vio al peliblanco por ningún lado y eso no le gustaba.

Satoru llevaba días sin descansar correctamente debido a los problemas y las presiones que le causaban los peces gordos en cuanto a sus alumnos. Se había pasado toda la noche fuera buscando alguna manera para que no expulsaran a Hakari del colegio técnico de hechicería, sumándole las reuniones de escuela que se a saltado de Megumi, debido a lo otro.

Megumi era como un hijo para Gojo, el y su hermana mayor Tsumiki. Tenía la custodia de ambos por lo tanto era responsable de ellos y aún que no lo admitiera los adoraba. Habían pasado unos meses desde que la hermana de Megumi entró en coma, nadie sabía el porqué, todo era un misterio, lo que no ayudaba para nada a su hermano.

Estos últimos meses el hijo adoptivo de Gojo se había comportado de forma agresiva y no paraba de meterse en problemas, lo que recaía en el peliblanco que no paraba de ser sitado por la escuela de Megumi para hablar del asunto.

Satoru era un ser muy capaz, siempre estaba presente para Megumi, solo que últimamente el tiempo no lo estaba ayudando.

Jane movió las tapas a un lado y se puso de pie decidida a buscar al peliblanco. Vistió su bata de noche buscando calentar un poco su cuerpo de la fría noche y salió de la recamara. Intento localizar a Gojo a través de su energía maldita y lo sintió en el primer piso. Caminó en su búsqueda y lo vio sentado en el sillón con un computador en su regazo y una taza de té frente a el en la mesa.

Satoru levanto la vista y sus lentes oscuros visualizaron a Jane a unos pasos de el.

—¿Qué ocurre, cielo?—sonríe como si no fuera nada el hecho de encontrarlo ahí—¿Me necesitas para algo?—dice pícaro.

—Ya es tarde ¿Qué haces aquí?— lo mira preocupada y el se toma unos segundos antes de contestar como si recién lo notará.

—Que rápido avanza el tiempo—dice riendo—Juraría que llevo un segundo aquí—.

Jane lo miro fijamente antes de acercarse a él. Su plan de no preocuparla no estaba funcionando, ella ya lo había descubierto.

—¿Qué pasa Gojo?—se sienta en el respaldo del sofá a su lado—Y no me digas que nada porque he estado viendo como te desgastas estos últimos días—.

Suspiró resignado, se echó hacia atrás apoyándose contra el sillón y Jane lo miro un momento. Sus ojos estaban cansados e irritados por la exposición a la pantalla del computador y seguro por la falta de sueño también.

—¿Por qué no vienes conmigo y me cuentas?—propone tomando su hombro ganándose su mirada—Hace frío aquí y es tarde, vamos a la cama, Satoru—pide con dulzura derritiendo al peliblanco.

—Cómo si pudiera negarme a esa petición—sonríe.

Es suficiente para que Satoru este convencido, de pronto la idea de dormir no era mala. Guardo todo lo que estaba haciendo y siguió a su esposa sin peros.

En el cuarto, Jane fue la primera en recostarse para luego invitar a Gojo a la cama. Era la primera vez que dormirán juntos y lejos de molestarle a la castaña, le agradaba la idea de que él pudiera descansar bien de una vez por todas.

Satoru empezó a desvestirse, podía estar cansado y todo, pero no perdía tiempo en lucirse delante de su preciosa esposa quien no dejaba de verlo. Sonrió cuando quedó solo con su apretado calzoncillo negro que le quedaba de maravilla debido a lo blanca que era su piel. Jane notó los músculos bien formado que tenía debajo de ese ancho uniforme de profesor. No negaría lo evidente, su esposo era el ser más atractivo y guapo de todo el planeta.

—¿Estás segura que solo quieres hablar?—dice el peliblanco jugando con el dobladillo de su calzoncillo.

—Ya cierra la boca y ven aquí—niega divertida.

El se acercó a la cama y se acomodó a su lado. Dejó sus lentes a un lado y concentro su mirada en Jane.

—Puedes contarme, Satoru. Somos un equipo ¿Recuerdas?. Te apoyare—el asintió y se permitió hablar del asunto.

—Megumi se llama el niño que adopte, almenos hasta que tenga la edad suficiente y me quiera lejos—ríe recordando el complicado carácter del pelinegro—Esta teniendo problemas en su escuela, bueno, los está dando. Su hermana tuvo un pequeño accidente y está en coma. Esto hace que Megumi, este más problemático que de costumbre. Pero no me molesta, las personas a las cuales lastima suelen lastimar a otros—.

—Es un defensor—sonríe Jane y Gojo asiente.

—Es su último año y luego entra a la preparatoria de hechicería. Es muy talentoso, pertenece al clan Zen'in y para fortuna o desgracia heredó la técnica de las 10 sombras—le cuenta dejando a Jane totalmente sorprendida, debido a lo fuerte que puede llegar a ser.

—Es alguien con mucho futuro y talento. Me gustaría conocerlo—admite.

—No te prometo que sea el más condescendiente de todos pero es un buen chico—ella asiente.

—¿Y que es lo otro?—pregunta Jane haciéndolo sonreír, es bastante intuitiva penso Gojo.

—Expulsaron a uno de mis alumnos estrella y no me dejan traerlo de vuelta. No solo a el, si no a otro más y no puedo ayudarlos. No son chicos malos, solo son tan fuertes que asustan a los peces gordos con sus habilidades. Montón de vejestorios—se queja molestó—Tal parece que no puedo hacer nada y tengo que estar fuera unos días, hay asuntos pendientes en el extranjero—suspira acostándose en la cama mirando el techo.

Jane se quedó un momento mirándolo en silencio, ser Gojo Satoru no es tarea fácil y menos si algunos se esfuerzan tanto en joderlo. Pero su esposa quería ayudarlo y eso haría.

—Ire mañana a la escuela de Megumi—le avisa y el la mira rápidamente.

—Jane no es...—lo interrumpe.

—No está a discusión, Gojo. Sospecho que no encuentras las palabras apropiadas para hablarle a los profesores y tampoco a Megumi. Me encargaré de él y tu buscaras a tus alumnos. No importa si los peces gordos o quienes sean no los quieren, tu si y los ayudaras—el peliblanco sonrió al escucharla hablar tan autoritaria.

—Si, señora—bromea y ella ríe.

—En cuanto a tu viaje—lo mira.

—Serán pocos días, una semana a más tardar pero estaré aquí lo más pronto posible—le aclara y ella asiente.

—De acuerdo. Por ahora, lo mejor sera dormir—se recuesta a su lado mirándolo.

—Gracias, Jane—se voltea para estar frente a ella y poder mirarla a los ojos.

—No te preocupes—dice sonriendo—Arreglaremos todo—.

La tonta sonrisa del peliblanco llegó a su boca antes que pudiera detenerla, no entendía como verla sonreír podía aliviar lo mal que la estaba pasando hace unos momentos ahí abajo. No quería preocuparla, ni agobiarla con sus problemas, sentía que no merecía pasar ninguna preocupación extra, pero ella lo había tomado tan bien y le había dado soluciones que el no podía ver por si solo.

—Le diré a Ijichi que te lleve mañana y luego pasare por ti—explica—Quiero que tengamos una cita antes de irme ¿Te parece bien?—.

—Si, me gustaría—acepta encantada.

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No podía faltar actualización en el cumpleaños del blanquito vendado

Caro🧚‍♀️

After Hours | Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora