Capítulo 5

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El ruido de la noche se hacía presente en aquel comedor, la tenue luz acompañaba el tenso ambiente que se sentía en la mansión de los Gojo, la gran mesa parecía hacerse más grande cada que pasaban los minutos o eso pensaba Jane.

Ninguno se atrevía a hablar o hacer algún ruido, y la constante mirada de Satoru hacia Jane la hacia sentir enferma. Si bien era su manera de sentirse culpable por lo que hizo no estaba ayudando en estos momentos.
La castaña no había tocado su plato desde el comienzo, se había dedicado a beber de su copa sin llegar a ser imprudente, pero lo suficiente para que los padres de Gojo notaran aquella pared que había creado con todos en esa mesa.

Y es que Jane nunca se había sentido tan sola en su vida, nisiquiera cuando su papá se portaba de manera nefasta y la exiliaba a su cuarto. Almenas su madre iba a darle ánimos y estar con ella después. Aquí no tenía a nadie en quien apoyarse, tenía a dos personas a unos metros de ella que solo la toleraban por conveniencia y por el simple hecho que podia darles un heredero, mientras que al otro lado tenía a un traidor, egolatra y cínico que no le importaba ni un poco su existencia.

—La cena esta exquisita mi amor, no dudo que fuiste tu el que eligió todo—rompe el hielo la madre de Satoru, halagando a este mismo.

—Lo siento mamá pero a quien deberías agradecerle es a mi adorable esposa—se atrevio a pasar su mano por la espalda de Jane dejando unas suaves caricias.

Jane quedo tensa en su asiento por las caricias tan inoportunas de su esposo pero decidió ignorarlo y tomó el tenedor dándose ánimos de comer a pesar de tener un nudo en la garganta que no podía deshacer, nisiquiera con todo el vino que bebió antes.

—¿Cómo los trata la vida de casados?—pregunta el padre de Gojo fijando sus ojos en la castaña quien recién llevaba el primer bocado a su boca.

—Al comienzo difícil como todo pero sabemos resolver nuestras diferencias, no hay un día que pueda estar lejos de mi querida esposa—responde Gojo con tanta naturalidad mirando a su esposa sonriendo.

Jane pensó en lo descarado que podía llegar a ser el albino, con lo dicho no solo se burlaba de sus padres si no de ella misma también.

Pero era lo que debía hacer para que su mentira siguiera alzándose y poder librarse de ellos.

—Me gustaría escuchar a Jane—dice su padre y la mira en silencio esperando que responda.

Jane no sabía que responder con certeza, a diferencia de Satoru ella no podía mentir con tanta facilidad y menos en estos momentos de presión. El palmeo suavemente su espalda dándole ánimo y suspiro. Si el era un descarado, no le quedaba más remedio que hacer lo mismo en lo la medida que pudiese.

Solo debía pensar en los antónimos de las actitudes de Satoru y sabría que decir.

—Satoru es un excelente compañero. Sin duda lo elegiría una y otra vez, no hay persona más leal y comprometida que mi esposo—el mal sabor no tardo en llegar a su boca—Siempre me elige por encima de las demás mujeres, soy muy afortunada—.

Tomo la copa de vino y bebió intentando deshacer el sabor amargo de su boca. Satoru la miro en silencio, podía notar lo difícil que fue para ella decir aquello despues de lo que le hizo, realmente estaba siendo una mierda y ella no lo merecía.

Busco su mano acariciando de ella intentando disculparse con tontos actos, el nunca fue una persona de disculpas y nunca se esforzó por serlo. Nunca le importaron las demás personas, no tiene el sentido común para disculparse y autoregularse para no dañar a las otras personas.

—Claro que lo es—concuerda la mamá de Gojo—Espero que sepas corresponderle a mi hijo, Jane. Aún que no me extrañaría que tengas las mismas costumbres de la gente de tu clase—la mayor no perdió tiempo para esparcir su veneno y aquello no pasó desapercibido por el peliblanco.

After Hours | Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora