Capítulo 18

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Mantuvo su vista en los ojos avellanas de su esposa tal como ella lo hacía con el, llevo sus dedos al borde de su buzo y la sonrisa de ella se agrandó. Miro atentantamente como el peliblanco bajo sus dos últimas prendas para mostrar orgullosamente toda su desnudez. Jane dejo de respirar cuando vio la gran ereccion que se ocultaba debajo de la ropa, era sin duda muy grande más de lo que imagino haciendo que su deseo creciera aún más.

El camino y se metió a la bañera para acomodarse frente a ella, tomó su mano para que se acercara a él y la ayudo a sentarse encima de su regazo. La atrajo a el poniendo sus manos en su nuca y estampó sus labios contra los de ella, su miembro rozó la entrepierna de la castaña provocandole un gemido necesitado. Jane se arqueo separándose de sus labios para poder ver sus ojos.

—Quiero hacerte mia—susurro en sus labios—No hay nada que desee más que tenerte, déjame demostrarte cuanto te adoro, cariño—le pide, no, le súplica sin apartar la mirada de sus ojos.

—Soy toda tuya, Satoru—susurra sonriendo para besarlo.

Compartieron un beso lleno de intensidad que encendia el cuerpo de ambos amantes, Gojo acarició su espalda con sus manos hasta llegar a sus nalgas y apretarlas con firmeza gimiendo encantado al notar como no le cabían en sus manos. Jugo con ellas estrujandolas y empujando a Jane contra su cadera. Sentía como sus respiraciones se agitaban mientras pasaba el tiempo, no estaba aguantando el dolor en su miembro cada vez que la oía gemir y retorcerse bajo su tacto.

Jane sintió como Satoru llevó una de sus manos a su entrepierna acariciando de ella de manera traviesa, tembló cuando el le dio una palmada ahí.

—Tan lista para mi, preciosa—sonrie orgulloso con voz ronca.

—Llévame a la cama—pidió Jane no siendo capaz de controlarse.

—Lo que ordene mi mujer—.

Gojo salió del agua y tomó a Jane sin problema en sus brazos llevándola en dirección a la cama. Poco le importaba dejar un reguero por el camino, todo le importaba una mierda, menos ella.

La depositó con cuidado en la cama y se alejo unos minutos para apreciarla en esa posición, ella recostada con sus piernas abiertas esperando por él y no pudo ocultar su satisfacción en este momento.

Tomo la pierna de su esposa con delicadeza mientras dejaba un camino de besos desde su pie hasta su muslo, empezó a darle suaves mordidas haciendo que la respiración de la castaña comenzará a acelerarse, siguió con el otro muslo deslizando su lengua por toda la piel sensible y dejando pequeño besos. El gemido de Jane resonó por la habitación cuando el peliblanco se delito pasando su lengua por toda su intimidad ya desbordada por su excitación, se arqueo al sentirlo dar pequeñas lamidas en su punto sensible.

—Sato...ru—se alcanza a escuchar desde su boca, estaba cegada por lo bien que su esposo sabía usar su lengua.

El sabor de Jane era todo un afrodisíaco para Gojo, era verdaderamente exquisito y estaba tentado a no parar hasta hacerla venir, quería escucharla gemir y verla retorcerse de placer por él.

—Estás tan mojada—el aliento de el choco contra su sensible entrepierna haciendola temblar—Y apenas estoy empezando—sonríe volviendo a enterrar su lengua en ella.

Sintió como uno de los dedos de Gojo jugaba con su entrada haciendo que abriera más las piernas involuntariamente.

—Eso es preciosa, abre bien las piernas para mi—alardeo mirándola a sus ojos.

Comenzó a meter su dedo en su cavidad buscando aquel punto que la haría enloquecer, le gustaba la forma en como Jane apretaba las sabanas y se retorcía de placer frente a él, elevando sus caderas a su total mereced. El gemido ahogado de Jane lo alertó que había encontrado lo que buscaba, sonrío victorioso metiendo dos dedos más en ella como recompensa.

After Hours | Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora