Capítulo 12

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Un olor dulce se impregnó en la nariz de Satoru, sentía el exquisito olor de su esposa envolverlo, la luz del lugar comenzaba a invadir sus ojos y a incomodar. Los abrió cuidadosamente y sonrío al percatarse que Jane lo estaba abrazando descansando en su pecho, hundió su nariz en sus cabellos quedando maravillado, ella era exquisita, el olor de su pelo y su propio olor estaban en su cuerpo.

Dudo un momento en acariciarla, no quería despertarla pero termino cediendo acariciando su espalda descubierta por el escote trasero de su pijama. Suave, Jane era muy suave. Tomo una gran cantidad de aire y se relajo. Por primera vez se sentía tan bien, estaba descansando a gusto después de mucho tiempo y por si fuera poco tenía a su esposa junto a él. Miró la mano de Jane que descansaba en su pecho y aprecio la bella sortija que estaba en su dedo. Seguro muchos se morían de envidia al verla pero que se jodan, Jane era suya.

La castaña había rechazado a miles de hombres con solo mostrar la sortija de su mano, no le interesaba buscar alguna distracción a diferencia de él, ella entendía que su compromiso era con Satoru Gojo, que no ganaría nada buscando a alguien más y honestamente ella no quería a nadie más en su vida. Era feliz teniendo a su buena amiga Suki para apoyarse.

Tomó cuidadosamente el cuerpo de su esposa para moverlo a un lado permitiendole descansar un poco más mientras el se encargaba de preparar el desayuno para ambos.

Un tiempo despues, la falta de calor llevó a Jane a moverse incomoda en la cama, cuando descubrió que Satoru no estaba abrió sus ojos despertando completamente. Se sentó un momento en la cama peinando su cabello y cuando estuvo lista para levantarse apareció por la puerta su esposo con una bandeja.

—Cariño, no hacia falta—sonríe mirándolo.

Vestía un buzo plomo dejando su torso desnudo, vio como no tenía ninguna cicatriz en el cuerpo, ni algo que le permitiera saber que había combatido antes y eso era netamente porque nadie había logrado herirlo a tal magnitud.

—Muchas gracias—lo besa cortamente cuando se sentó a su lado.

—¿Cómo dormiste, preciosa?—.

—Cómo nunca—sonríe—¿Y tu?—la besa cortamente.

—De maravilla—dice con entusiasmo mirando a Jane llevarse un bocado de su desayuno a la boca.

—Esta delicioso, eres muy bueno cocinando—lo halaga y el muestra su sonrisa de engreído.

—No hay nada que Satoru Gojo no pueda hacer—dice engreído haciendo negar a Jane.

—Claro—.

—Quiero llevarte a conocer la isla—comenta mirándola—Se que te dije que era como el fin del mundo pero te prometo que hay lugares que te gustaran—.

—¿Si? La verdad me encantaría ir—sonríe entusiasmada.

—Esta decidido entonces—.

El sol se estaba haciendo cargo de brindar un día caluroso, la brisa del mar ayudaba a tolerarlo haciendo que bajara un poco su intensidad.

Jane seguía a su esposo quien prometió mostrarle lo más bonito de la isla, el cual estaba oculto entre el bosque.

—Porque no aceptas que estas perdido—río Jane siguiendo sus pasos de la mano.

—Ten más fe en tu esposo, cielo. Ya casi llegamos—sonríe.

Y era cierto, una vez que bajaron el pequeño sendero se toparon con una laguna escondida entre los árboles y las coloridas flores de los alrededores. Una pequeña vertiente caía hasta la laguna pasando entre las grandes piedras que habían ahí. El sol permitía que se formará un arcoiris justo antes de que el agua cayera.

After Hours | Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora