ADELINE IVANOVA
Camino por los pasillos mientras intento centrar mi mente aunque no puedo dejar de pensar en mis hijos y lo mucho que necesito sentir sus aromas. Sé que están en buenas manos pero me desespera no estar ahí para cumplir con todos sus caprichos, para compartir cada segundo con ellos.
Oigo una voz proveniente de la oficina de Elliot y mis sentidos se despiertan, me acerco a la puerta sigilosamente para escuchar con claridad.
Está con alguien.
—Sin Vladimir, con Adeline acá, los Petrov y toda su organización están debilitados—pronuncia el Francés—. Es el momento perfecto para robarles todo y conquistar el territorio que le ha sido robado a nuestra organización.
Mi mandíbula se tensa y escucho perfectamente cada palabra mientras que mi rabia crece.
Ya no es solo una organización, es el imperio que les pertenece a mis hijos y no pienso permitir que nadie les arrebate lo que les pertenece y mucho menos los malditos franceses.
—La coca que producen los rusos tiene algo que les ha dado gran parte del prestigio que tienen, será difícil, los Petrov no están en este negocio hace dos días, viene de generaciones—expresa la otra persona que está con él.
Tiene un acento diferente.
oigo un golpe en seco y me sobresalto, suspiro mientras intento no moverme.
—¡me importa una mierda su receta! —espeta Elliot—. Los malditos rusos van a perder su lugar en la pirámide y me importa un carajo lo que tenga que hacer para conseguirlo.
Hijo de puta.
Trago grueso y me alejo de inmediato de la puerta cuando escucho unos pasos provenientes del otro pasillo. Mi respiración está agitada pero intento caminar con calma hacia la escalera.
A mitad de camino me topo con Hans, es uno de los hombres de Elliot que nos recibió a penas llegamos aquí, está siempre cerca del francés y eso me hace pensar que él es realmente su mano derecha. Me detesta, se detiene frente a mí y me inspecciona de pies a cabeza.
Sus ojos son verdes, lleva el cabello recogido en una pequeña coleta. Es rubio y todas sus facciones son dignas de su nacionalidad, al parecer en este país clonan a los hombres.
—¿Te asuste?—inquiere en un tono ronco.
Trago saliva y me contengo las ganas de asesinarlo.
Sonrío falsamente.
—¿Sabes cuánto te falta para asustarme a mí?
Mis palabras lo dejan con un sabor amargo, su expresión gozadora se desvanece y me mira de mala gana, se tarda algunos segundos más intentando intimidarme y como no lo logra se va pasando por mi hombro.
Bajo las escaleras y suelto todo el aire acumulado.
Toda mi vida he estado rodeada de hombres peligrosos y lo he podido manejar a la perfección pero...
¿Sabes lo que es ser la única mujer en un lugar lleno de mafiosos que te detestan?
Sobrevivir es agotador y es lo que vengo haciendo desde siempre.
Al parecer para los franceses soy más odiada de lo normal, no solo les he matado a su Boss sino que mi reputación y todo lo que he causado es algo que les da mucha rabia tan solo porque soy una mujer.
Siempre tildarán de lo peor a una mujer fuerte y segura porque el mundo está configurado para el ego de los hombres y si alguien se sale de esa configuración tan solo estaría dañando sus planes.
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La redención del Diablo [#3 TRILOGÍA PURGATORIO]
RomanceTodo acto tiene su consecuencia, eso Adeline lo ha aprendido muy bien. Pero si algo le han enseñado los Petrov durante estos años es que la sangre se paga con sangre. Y la venganza siempre es necesaria. "El final del purgatorio"