Capítulo 14💀

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ADELINE IVANOVA

Muchas emociones están acumulándose dentro de mi en este momento, estoy contenta, estoy nerviosa pero también preocupada y todo se vuelve un torbellino emocional que no se cómo manejar. Necesito ver an mis hijos, abrazarlos y jamás soltarlos, los extraño con mi vida entera y han sido por lo único que sigo soportando que todo el mundo se me venga encima.

No sé cómo haré para llegar y decirles que no pude traer a su abuelo, que por mi culpa él ya no está y que ni siquiera a su abuelo Vladimir podrán conocer porque tampoco está. Me desgarra el alma de solo saber que volveré a casa con tantos muertos en el hombro, quitándoles a mis hijos la poca familia que tenían.

Papá me ayudó a criar a mis hijos tanto como Max, mi padre ha sido mucho más que un abuelo para ellos y siento un ardor en el pecho de solo imaginar que nunca más volverán a estar juntos.

Perder a Vincent es algo que me marcó muchísimo pero perder a mi papá... me ha roto por completo.

Keegan conduce concentrado y ambos estamos perdidos en nuestros pensamientos porque ninguno de los dos ha hablado en lo que llevamos del viaje, sé que él también ha extrañado a los niños y desea verlos. Pero es diferente, él ha sabido de ellos, pudo hablar, verlos, a mi me han arrebatado an mis hijos de un tirón y sin previo aviso.

Quiero escucharlos hablar, quiero sentirlos, sentir su aroma, quiero oír las cientos de veces que me dicen "mami" durante el día.

Ellos son mi vida.

Son una parte de mí y me sacrificaré las veces que sean necesarias para mantenerlos a salvo.

Trago grueso y fijo mi vista al frente cuando el portón de la propiedad Petrov en Milán se abre para nosotros, entrando con el auto a la mansión hermosa que mis ojos observan detenidamente.

El jardín es enorme y demasiado cuidado, tiene un toque diferente a las mansiones Petrov que he estado antes.

—¿Ya están aquí?—pregunto nerviosa.

—Khlaus dijo que estarán dentro.

Trago saliva y siento como mis manos tiemblan a causa de las intensas emociones que mi cuerpo experimenta.

Necesito verlos ya.

El auto se detiene y me bajo lo más rápido que puedo, no puedo controlar la reacción de mi propio cuerpo y creo que jamás en mi vida he estado tan nerviosa como en este momento. Siento como si volviera a vivir.

Le doy una mirada a Keegan y sus ojos azules brillan a través de los rayos de sol, él me sonríe con calidez intentando darme tranquilidad y yo lo único que puedo hacer es respirar hondo para caminar junto a él hacia la mansión. Todo a mi alrededor es borroso cuando tengo mi objetivo claro y son ellos, Keegan abre la puerta y el aroma a hogar me envuelve.

Me adentro a la casa la cual se ve demasiado hermosa y con una decoración costosa.

Mi pecho sube y baja intensamente y siento como el nudo en mi garganta pesa más de lo normal, camino desesperada buscándolos y no veo a nadie. Camino a la sala principal y mi corazón se detiene por un segundo hasta que escucho aquellas voces que han hecho mi vida menos dolorosa.

Mis ojos se llenan de lagrimas y mis piernas me obligan a seguir caminando hasta adentrarme a la sala, mi presencia llama la atención de inmediato de todos y siento como mi pulso se acelera cada vez más.

—¡Mamá!—gritan ambos en un tono desgarrador.

Mis rodillas se doblan y caigo al suelo con los brazos abiertos deseosa de recibir a mis dos bebés, ellos dejan los juguetes a un lado y corren a mi lo más rápido que sus pequeños pies pueden hacerlo.

La redención del Diablo [#3 TRILOGÍA PURGATORIO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora