La redención del Diablo [#3 TRILOGÍA PURGATORIO]

Capítulo 18💀

ADELINE IVANOVA

—¿Estás segura?—inquiero mirando a Kaia.

Ella asiente.

—Estoy harta de ser el cordero de la familia.

La comprendo, acepto sus palabras y continúo preparando las municiones. Ambas estamos vestidas con un top deportivo y una pollera en conjunto muy sexy, Kaia me pidió que la entrenara.

Estar aquí me trae muchos recuerdos, cuando Keegan y Khlaus me estaban entrenando y las jodidas pruebas que me ponían todo el tiempo.

Quizás hasta extraño esos tiempos.

La guerra era entre nosotros no con alguien más.

—Recoge tu cabello—le digo.

Ella lo hace, recoge su cabello en una coleta media alta al igual que la mía.

Ambas observamos a lo lejos los puntos de tiros mientras le enseño como ponerse en posición y tomar el arma en sus manos, ella acata todo perfectamente y aunque estamos bajo el sol intentamos concentrarnos.

—La firmeza de tu cuerpo y la seguridad con la que tomes el arma es demasiado importante—hablo explicativa.

Kaia toma más seguridad y la observo.

—Concentrate en tu objetivo y analiza completamente cada detalle para darle al blanco—expreso—. Tu vida depende de ese disparo.

Ella vuelve a asentir y tomo distancia para darle el espacio. Se toma unos segundos hasta que decide disparar, lo hace con firmeza pero sin embargo no le da al objetivo.

—¡Maldita sea!—se queja con frustración.

—Tranquila, inténtalo de nuevo.

Suspira y vuelve a colocarse en posición.

Dispara y...

Le da al blanco.

—¡Eso es!—pronuncio emocionada.

Ella sonríe y viene contenta a abrazarme, la felicito y nuestras miradas se encuentran al tomar un poco de distancia.

—El enojo es el motor para lograr cualquier cosa—le digo divertida.

—Me di cuenta—responde sonriente.

Continuamos el entrenamiento y lo disfruto mucho, Kaia sin dudas lleva el gen Petrov en sus venas.

Estamos agotadas y aunque el atardecer está llegando el sudor en nuestros cuerpos sigue visible.

—Joder, no sabía que ser una chica mala era tan cansador—expresa Kaia.

Sonrío y le doy una mirada divertida.

—No sabes cuánto.

Ambas reímos y en medio de la risa me doy cuenta de la presencia de los hermanos Petrov en la esquina. Ambos nos observan con cierto orgullo y diversión en sus rostros, no se cuánto tiempo llevan allí.

Trago saliva y vuelvo mi mirada a Kaia.

—¿Cuando podré verlos finalmente juntos y como una familia?—inquiere ella en un tono bajo.

Suspiro y muerdo mi labio inferior nerviosa, ni siquiera yo sé que responder a eso.

Es todo jodidamente complicado.

Y mi mente lo único que tiene como objetivo en este momento es acabar con Elliot Durand.

—Hay muchas cosas que arreglar primero—pronuncio con cierto nudo en la garganta.