No habíamos dormido en toda la noche. Keira no dejaba de llorar. Gabi y yo la consolábamos e incluso se nos escapaban una que otra lágrima.
Joder. Estoy sensible.
Los chicos habían estado aquí con nosotras hasta muy tarde. El imbécil de Aiden no les había contestado. Que bonito como habían apoyado a Keira a pesar de que son amigos de Aiden...hermanos prácticamente.
—Escúchame Kei, él no se comportará así, él se hará cargo. Tiene miedo y debemos darle un tiempo de procesamiento. Aiden era muy solitario, sin embargo contigo ha dado pasos gigantescos —le decía Liam—. Nosotros lo conocemos y lleva enamorado de ti desde hace mucho, ni siquiera te distes cuenta, pero, solo estaba utilizando el solo sexo como excusa. Aiden no sé acostaba con ninguna mujer más de una vez. Cuando empezó algo contigo ni siquiera lo vi con otra mujer. Tenía hasta una regla de no besar en la boca a nadie, así que si lo hizo contigo ahí tienes una prueba.
—Si me dieran esa noticia a mí, hubiese actuado peor. Ves como somos y como llevamos la vida. Para nosotros la palabra hijo acojona —eso lo sé bien, a mí también esa palabra me asusta—. Sin embargo, así como el ha crecido como persona contigo, así seguirá creciendo. Con todo y su miedo sabrá cómo actuar —comenta Dylan—. Y recuerda siempre que también nos tienes a nosotros, jamás te dejaremos sola en esto.
No sé de dónde sacaba tantas lágrimas, pero no había cesado en toda la noche.
—Keiri ya deja de llorar —le digo—. Debes descansar.
—No puedo dormir Andrea, me duele en el alma ver cómo se comportó. ¡Que yo también tuve que asimilarlo!.
—Es cierto, pero, él es el hombre, no se puede esperar más de ellos. En estos casos son los que más se acobardan, a nosotras no se nos permite huir...o no podemos —comento—. Descansa, prepararé algo de comer.
Casi la obligo a acostarse. Espero que pueda descansar aunque sea por algunas horas.
Gabriela me acompaña a la cocina.
—¿Sabes cocinar? —le pregunto mientras saco del frigorífico algunos alimentos.
—Gracias a Trini sí, me pasaba mucho tiempo con ella en la cocina —comenta.
—Pues vamos a preparar algo. Realmente detesto cocinar, pero ella debe estar alimentada.
El sonido de mi móvil llama mi atención. Corro hasta él, si Keira logró dormirse no quiero que el teléfono la despierte.
Es Enzo.
Anoche hablamos poco, le comenté lo que había sucedido y que me quedaría con Keira, que en ese momento estaba mal.
—Tranquila, yo me ocupo. Atiende la llamada —expone Gabi al llegar a la cocina.
Sin darle más rodeos tomo la videollamada.
—Buenos días mami —saluda Enzo. Puedo notar como Gabi mira asombrada y termina riendo.
—Buenos días papi —le devuelvo el saludo—. Tenemos público, así que mide cada palabrita de tu boca.
El ríe.
—¿Cómo siguió Keira? —inquiere.
—No ha dormido nada. Ha estado llorando toda la noche. Prácticamente la obligué ahora para que descansara.
—Quería proponerle que viniese conmigo para Nueva York unos días. Tal vez así se distraiga y Aiden por otra parte cuando sienta que la pierde, actuará.
—Me parece buena idea. No quiero que siga tirada en esa cama como si se le estuviese cayendo la vida. Compra pasaje para hoy mismo. Yo me encargaré de que vaya.
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Mi loca perdición
RomansaMi loca perdición, es el libro de Andrea, no lo agregué como otra parte de Inmunes, porque esta historia sería independiente. Sé que los que hay leído Inmunes, esperan con ansias también este libro. De Andrea pueden saber, que es una mujer extrove...