𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐝𝐞 𝐏𝐚𝐫𝐞𝐣𝐚𝐬 𝐃𝐢𝐬𝐧𝐞𝐲

Beal/Bal: Delicate (AU)

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En esta realidad, el rey de Auradon nunca invitó a cuatro hijos de villanos para estudiar en la prestigiosa preparatoria de la ciudad capital. Tampoco se enamoró locamente de la chica de cabello morado gracias a un plan malvado y una galleta mágica que resultaron en un amor sincero.

Aquí, la barrera entre los Estados Unidos de Auradon nunca existió. De hecho, la distinción entre villanos y héroes tampoco lo hacía. Solo se juzgaba a la gente por su buena o mala reputación, como suele pasar en la vida real.

Lo que quiere decir que Ben y Mal jamás se conocieron en la entrada de la preparatoria junto a la estatua del ex-rey, Adam. Sin embargo, sus amistades seguían siendo las mismas, y también su ex-relaciones sentimentales. Solo que, por obras del destino, terminarían conociéndose de todas maneras.

Ben, aún siendo el rey de Auradon, asistía con frecuencia a múltiples eventos destinados a la caridad, la política y la cultura. Lo hacía con todo el gusto y la disposición del mundo a pesar del cansancio. No solo por que sus padres se lo inculcaron, sino porque de verdad le nacía.

Después de una fallida relación con su amiga de la infancia, Audrey, se tomó un buen tiempo antes de considerar volver a salir con otras mujeres. Pasó dos años con la rubia, hasta que entendieron que sólo comenzaron a salir por presión social.

Había tenido citas y encuentros con algunas mujeres, pero aún no había encontrado a la indicada. Sabía que tener ese pensamiento era algo trillado, pero en serio quería encontrar a alguien que fuera la persona ideal para él. Así que tenía la esperanza de seguirla buscando hasta por fin encontrarla.

El trabajo era duro, y su vida era seguida por millones de personas. De modo que entendía que encontrar a una mujer que supiera adaptarse a pesar de todas las dificultades sería bastante complicado. Pero no perdía la esperanza.

Por otro lado estaba Mal, quien técnicamente nunca había tenido alguna relación que durara más de un año. Salió con diversos chicos, pero no terminaba de sentirse cómoda con ninguno.

Al ser la hija de una de las hadas más poderosas y del dios del Inframundo, era bastante fácil deducir que su vida no era nada privada. Se había ganado la reputación de ser una rompecorazones.

Tal vez porque la mayoría de los hombres con los que salió no desmentían los rumores, o porque su personalidad podía dar ese mensaje. Solo que la verdad era muy distinta a esa.

No permitió que la loca y mediática separación de sus padres la cambiara, decidió seguir creyendo en el amor. Sobretodo al ver como su papá lograba reencontrar el amor en su primera amada, y como ella era la mejor madrastra para ella y la mejor madre que sus hermanos menores podrían tener. O como su mamá aceptó amarse a sí misma y seguir adelante.

Amaba con locura a Macaria, Hadie y Melinoe, sus medio hermanos. Los tres niños podían ser unos revoltosos, pero eran tres de las personas a las que más quería junto con sus padres y sus amigos.

Maléfica decidió frenar su descendencia con ella, pero estaba bien con ello. Además, sabía que definitivamente el hada no quería ser madre de nuevo. Estaba bien teniéndola solo a ella.