Capitulo 5

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Camino hasta la cocina y busco una botella de agua, me la tomo con una sonrisa,

"!Mmh, eso fue divertido!

Pienso, mientras tomo una banda elástica de mi isla y me hago una coleta.

Atravieso el pasillo, entro a al cuarto y luego al closet. Tomo mis mejores vestidos, blusas camisas y pantalones – ¡Mira nada más!, mis jeans favoritos, Que lastima que nada de esto me sirva – ¿Dónde puse esas cajas de cuando me mude?

Hago memoria, salgo del closet luego del cuarto y voy a la habitación de desalojo. Tomo dos enormes cajas y  para cuando estoy de regreso comienzo a entrar prendas de ropas.

Cuando termino estoy exhausta.

¡Tres cajas de ropa!

¡Hannah me va a hacer un altar!

La mayoría de las cosas son nuevas y de marca. Miro mi alrededor, mi mini-tienda está vacía.

Bueno, no me queda más que llenarla de nuevo. Será un trabajo duro, pero valdrá la pena.

***

Mis días han mejorado. Últimamente estoy de mejor humor y así los meses pueden pasar muy rápido.

Fui a la tienda, llene mi closet con nueva ropa, que me quedan y no me hacen parecer un espantapájaros, llamo a mi madre todas las tardes y voy al parque diario. Siempre que llego, espero media hora y Ethan aparece de la nada con su irradiente sonrisa.

Aún no entiendo porque sigue viniendo si aprovecho cada momento que tengo para llevarle la contraria e insultando, aveces me pregunto si es tonto – Sonrio para mí misma, mientras recuerdo las últimas veces que hice mención a lo superficial que lucía y este no hizo más que agregar un comentario aún más gracioso que el mío – Tengo que admitir algo... es muy tierno como mientras más grosera soy más agradable es el conmigo.

En cuanto a mi salud, no he tenido recaídas, aunque el estreñimiento regreso y en las mañanas tengo un enorme hueco en el estómago que me hace sentir extraña.

Dejó salir un suspiro de mis labios.

Como quisiera no sentir nada durante el tiempo que me queda; si tan solo los quisiera fueran deseos.

Camino desde mi habitación y voy hasta el salón donde me siento en el sillón con los pies sobre el centro de la mesa al mismo tiempo que analizó como matar el tiempo en lo que llega mi hora de irme, haya que recaigo en que debería de llamar a Cecy y pedirle que me traiga a Kiky, ya me hace mucha falta y necesito compañía.

Además la última vez que estuve con mi hermosa perrita fue cuando me atropello Ethan – Ese chico no se me sale de la cabeza – sin pensarlo más tomo el teléfono, marco el número de Cecy y espero a que responda con toda la calma del mundo.

Alguien necesita una manicura. Pienso, mientras miro mis uñas.

-¿Alo? ¿alo?

-¿Hola? ¿Cecy?

Con insistencia intento decirle que estoy en línea, pero no me escucha.

-¡Este maldito aparato! Lenin, ayúdame ¡este aparato!... Esta llamada es importante.

Escucho a Lenin rezongar y señalarle a su madre que el teléfono estaba al revés. Rio con la situación.

-¿Hola?, Savi?

-Cecy, estoy aquí.

-¡Mi niña! ¿Cómo estás? ¿Cómo sigues?

Simplemente complicado [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora