-Muy bien Savannah, eso es todo.
Escucho al doctor Richard tratar de consolarme tras haber terminado con la inyección numero diez de la semana.
-¿Puedes decirme dónde te duele exactamente hoy?
Pongo mis manos en mi cara y tapo mis ojos, me encantaría hablar, pero no puedo. El dolor que siento es insoportable. Pensé que tras unos días mi cuerpo se acostumbraría a temblar sin parar, a las fuertes punzadas en los lugares específicos que el doctor inyectó y a los vomitos. Sin embargo, cada uno de los cinco días que han pasado ha traído consigo una nueva pena. Hoy lo único que mi cuerpo me permite hacer es acostarme en esta camilla en posición fetal, deseando que tras las otras que falten mi cuerpo deje de sentirse como si cada unos de sus huesos se fracturó.
Intentó mover la mano para indicar donde me duele pero no parecen reccionar ante la orden que mi cerebro les está enviando y solo me quedo acurrucada de espaldas al mundo para que mis compañeros de cuarto no vean cuando, una que otras veces, se me escapen un par de lagrimas.
El doctor no dice nada más. Siento como su cuerpo se retira de mi lado y eso me alivia, pues de intentar moverme nuevamente posiblemente lo único que haría sería gritar por el sufrimiento.
El me dijo que sería duro, pero jamás imaginé cosa igual.
-Doctor, ¿Es normal que sude de esa manera?
La voz de Ethan se escucha completamente atormentada. No se ha ido del hospital desde que inicié el tratamiento. Santana ha tenido que traerle toda clase de suministro para su estadía aquí. No me sorprendería si empezarán a cobrarle renta por quedarse tanto tiempo.
-Es completamente normal joven Sloan.
-¿Y su palidez? No me gusta que este tan pálida, fría y sudorosa ¿su hidratación está siendo llevada de manera adecuada?
Ahora la voz que escucho es la de Hannah con las constantes quejas que hasta el día de hoy no han parado de salir de su boca. La verdad estoy sorprendida de la seriedad con la que está llevando todo esto.
-Hannah, tranquila. Yo mismo me he encargado de que así sea, a pesar del chequeo constante de las enfermeras.
Patrick de manera reconfortante responde a la cuestión de mi hermanita con voz aterciopelada.
Gracias a Dios por su presencia.
El ha sido de gran ayuda para mantener a Ethan y a Hannah calmados. Me preocupaba mucho el hecho de que a ambos les diera un colapso nervioso producto de la ansiedad.
-Lo lamentó doctor Richard, sé que he estado pesada, pero es que leí que si no se le hidrata bien...
-Se exactamente lo que puede pasar señorita Torres. No se preocupe por esas cosas, su hermana está en buenas manos.
No sé cómo el doctor continúa siendo tan amable aún después de todas las preguntas y dudas con las que Hannah lo ha bombardeando durante estos días.
-Entonces, ¿lo que le está inyectando solo va a atacar las celular malas?
-Así es, son localizadas señorita...
Intentó escuchar lo que el doctor está diciendo pero un agudo dolor atraviesa mi estómago haciéndome retorcer y gemir. Empuño los ojos fuertemente.
Por favor, que pare, no puedo aguantarlo.
Unas fuertes manos toman la mía, quiero responder al contacto pero no puedo. Ahora mismo no tengo control de mí misma. Soy pura pena y angustia.
En el fondo de todo el sufrimiento escucho voces y un llanto incontrolable. Intentó calmarme, pero me parece imposible. Mi espalda se arquea sacándome de la posición fetal en la que me encontraba.
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Simplemente complicado [En corrección]
RomansaSavannah Torres es una mujer orgullosamente latina, fuerte, independiente y con una familia que la adora, su trabajo siempre fue lo primero para ella, sin embargo, tras descubrir que le queda poco tiempo de vida todo su mundo se rompe en mil pedazo...