Capitulo 39

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Savannah:

-Muy bien... tu pelo está listo.

Me miro en el espejo y paso mi mano por mi cabello, ahora ondulado, mientras admiro el vestido blanco hasta los tobillos que Hannah me obligo a ponerme para ir a cenar con la familia. La tela es un poco trasparente en la falda, pero en la parte de arriba tiene el color perfecto para que no se vea nada que no debería. – Doy la vuelta y veo como se levanta un poco haciéndome lucir como una princesita – Hannah no puedo haber elegido mejor atuendo  para mi. Está hermoso.

-Amo jugar a las barbies contigo.

Sonrió hacia mí hermanita y voy hasta mi bolso para terminar de entrar lo que me llevaré para el restaurat.

-Tengo que admitir que tienes arte para esto. Aunque pienso que todo esto es muy excesivo.

Hannah se pone a mi lado con una enorme sonrisa de autosuficiencia. Y mueve su pelo lacio hacia atrás con un toque coqueto y gracioso lleno de petulancia que me hace prestarle completa atención.

-Gracias... han sido años de práctica y no es excesivo, hay que aprovechar lo que Dios nos dio.

Tomo ambas manos de mi cómplice favorita y beso sus nudillos con cariño.

Esta niña se merece un mundo de cosas buenas.

-Te quiero.

Digo sin poder evitarlo para luego abrazarla bien fuerte, a lo que ella me devuelve el gesto.

-También te quiero Savi.

Mi teléfono celular comienza a sonar y es lo que hace que nos separemos entre quejas.

Es increíble lo mucho que nuestra relación ha cambiado. Antes a penas podíamos estar en la misma habitación sin discutir, ahora somos inseparables; no es que en el pasado no la quisiera, es solo que no era la persona más dada a las bromas y mi hermana nunca ha sido la más oportuna. Siempre estaba dispuesta a hacer un comentario cuando no debía de temas inapropiados.

-¿Es tu alarma para las pastillas?

Asiento con la cabeza al mismo tiempo que voy hasta el pastillero e introduzco el par que me tocan para tomármelas con una botella de agua.

-Odio esto, ya quiero terminar con el tratamiento para no volver a tomarme una pastilla en mi vida.

-Vas a ver qué todo valdrá la pena.

-Eso espero, o las inyecciones y el dolor no habrán servido de nada.

Hannah se acerca a mi, deja salir un largo suspiro y pasa su mano por mi cabello, para luego quedarse mirando mi cara. No digo nada y solo permanezco observándola por igual, últimamente hace mucho eso, es como si quisiera memorizar cada una de mis facciones.

-Siempre haz tenido el mejor pelo.

Sonrió hacia mí hermanita y niego con la cabeza.

-Sabes que no es cierto.

Hannah deja caer su mano y busca su celular dentro de su bolso para revisar la hora.

-Andando, no queremos hacer esperar a mamá y a papá.

En el momento en que dice aquello mi corazón se acelera. No he visto a papá desde que se levanto de la mesa esta tarde y se ha ido a contestar su llamada. No he tenido la oportunidad de explicarle mis razones y no sé qué estará pensando de mí.

-No pongas esa cara. Todo estará bien.

Dice mi hermana como si me hubiese leído el pensamiento, toma mi mano y me ayuda a salir suavemente del cuarto, obligándome de una manera pasiva a hacer lo que no quiero.

Simplemente complicado [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora