Capitulo 20

61 6 4
                                    

Presente:

Afortunadamente logramos salir de la casa, no gracias a Ethan claro está. El pobrecito se había vuelto torpe de la noche a la mañana y chocaba conmigo cada cinco minutos, provocando roces innecesarios.

Algo me dice que su plan de esta mañana no consistía en salir de mi cama.

Llegamos al Central Park y como de costumbre fuimos a buscar el banco en el que solíamos sentarnos todos los días de la semana hace un mes, pero, ¡sorpresa! : Hay dos personas sentadas más que acarameladas comiéndose la cara.

Guacala, eso debería de ser ilegal.

Observo la expresión de mi bello acompañante, quien se encuentra asqueado al igual que yo.

-Creo que el lugar no está disponible por hoy.

No digo nada, solo me limito a mirar el piso, mientras Ethan desliza su mano sobre la mía con desdén. Como si tuviera miedo de que lo rechazara; hace unos días la hubiese retirado sin dudar, pero hoy es diferente, no puedo resistirme a sentir su calidez y simplemente lo dejo ser y guiarme a través del parque.

Caminamos unos cuantos minutos en silencio, solo sintiendo nuestras manos sudadas y la fría frisa de otoño chocar nuestros rostros. De vez en cuando observo el perfil del bello moreno que sostiene mi mano esperando que en cualquier momento se voltee a verme pero no lo hace. Tenía ya un tiempo sin verlo con esa gorra y esos lentes que al principio pensaba que eran de mal gusto.

Es increíble que no haya notado en los primeros días que estaba intentando no llamar la atención usando esos accesorios. Quizás Ethan no tenga conocimiento de esto, pero la verdad es que nada en este mundo podría evitar que llame la atención, no con ese atractivo porte.

Paramos de andar cuando llegamos a una fuente.

-Tenemos que hablar – la voz de Ethan suena firme, pero aun así luce nervioso – Siéntate por favor.

Hago caso a lo que dice y me siento en la orilla de la fuente sin replica alguna.

-Escucha.

-No, escúchame tú a mí

Es la primera vez que hablo desde que salimos de casa.

-No sé lo que estás pensando, pero si crees que por lo que paso anoche vamos a volver a enviarnos mensajes cursis y a fingir que todo está bien entre nosotros estas muy equivocado. No pienso tener algo con una persona que tiene asuntos inconclusos con su exnovia. No me gusta ser la tercera entre problemas de parejas. Anoche la pase realmente bien, pero está en contra de todo lo que conozco hacerme de la vista gorda ante la poca claridad que hay en nuestra relación solo porque eres bueno en la cama. Ni siquiera te conozco bien, no tengo idea de con cuantas mujeres has estado y Dios sabe que no pienso competir con el fantasma de ellas. Mi vida ya es bastante complicada sin ti en ella, no puedo dejar que la enredes más.

La cara de Ethan se encuentra expectante.

-¿Crees que soy bueno en la cama? – Golpeo su hombro con mi palma y él sonríe – No tengo asuntos inconclusos con mi exnovia, a penas soporto su presencia y esta relación está clara. Tú me quieres, yo te quiero, estamos juntos. Listo.

-Pues para apenas sopórtala dejas que ella sea todo pulpo sobre ti sin ningún problema.

Ethan estalla en una carcajada y yo vuelvo a golpearlo en el hombro, pero esta vez con más fuerza. El para de reír y sube sus dos manos en modo de rendición

-Ella actúa así en frente de las cámaras porque sabe que es el único momento en el que no voy a despreciarla.

-De acuerdo, pero luego esta esa forma en la que se miran.

-¿Cómo? ¿Como si quisiera abrazarle el cuello con una soga?

El sonríe, pero yo me mantengo seria.

-Savannah, esa mujer es parte de una época muy oscura de mi vida, me recuerda todo lo que fui y no quiero volver a ser. Es deshonesta, manipuladora, una arribista y me hizo cosas horribles. – Hace una pausa para tomar mis manos – No hay nada en esa arpía que me parezca atractivo.

Intento voltear mi cara para que pierda el contacto con mis ojos, pero antes de que lo haga sus manos se colocan en mi mentón, imposibilitándome el movimiento. Puedo sentir su aliento con olor a canela, no había notado lo cerca que estaba.

-¿Cómo puedes estar celosa de ella? ¿Es que no ves lo hermosa que eres o lo loco que estoy por ti?

Suelto la respiración que no había notado que estaba sosteniendo hasta ese momento y siento como arden mis ojos.

-No estoy celosa.

Ethan sonríe de esa forma ladeada que me vuelve loca y corta aún más la distancia.

-Bien, porque no tienes razón alguna para estarlo.

Esta vez habló sobre mi boca y para cuando termina de decir esas palabras toma mis labios de manera posesiva.

Me besa con anhelo, puedo sentir como cada parte de mi cuerpo se enciente enviando señales de corriente eléctrica por doquier. Tomo su pelo entre mis dedos para acercarlo, él me toma de la cintura y con un leve movimiento me posiciona sobre sus piernas. En ningún momento deja de besarme.

¡Gracias a Dios que no hay muchas personas en este lado del parque!

Nos separamos por falta de aire con una sonrisa en nuestros labios.

-Tengo que acordarte lo impresionante que eres más seguido.

Rio con todos mis dientes y pongo mi frente en su cuello.

-¿Qué me hiciste Ethan? – Vuelvo a mirarlo. Nunca me voy a cansar de ver sus ojos– Si fueses otro ya estuvieras tomando un cohete a Tombuctú.

Ethan suelta una enorme carcajada.

-Me alegra ser yo entonces.

Nos miramos fijamente por unos segundos. Aprovecho para admirar sus perfectos carnosos labios, todo en él es hermoso. Parece mandado a hacer, con mis dedos trazo sus facciones deteniéndome justo en donde acabo de nombrar mi segunda cosa favorita suya, su boca, y aunque me encanta este silencio cómodo en el que nos hemos sumido me obligo a preguntar.

-Ethan, ¿qué cosas horribles te hizo esa mujer?

Siento como se tensa bajo mi toque y rompe el contacto visual que teníamos. Sé que esta incomodo, y que este sería un buen momento para decir que no importa y que solo nos olvidemos del tema, pero ¡mierda! Mi curiosidad es inmensa ahora misma. ¿Qué tan mala puede ser? Ethan hablo de ella como si fuera la perra más grande del planeta. Y no voy a negar que me encantó escucharlo decir esas cosas, definitivamente aumento mi ego al cien por ciento, pero también aumento mi deseo de saber porque tanto rencor.

-Ella – paró de hablar y reflexiona un poco – ella...

Volvió a callar. Decidí sentarme nuevamente a su lado para tener una mejor visión de él y tomo una de sus manos y la pongo en mi regazo para que sepa que puede contarme. Mi madre siempre hacia eso cuando quería que le platicara de algo que me daba vergüenza y terminaba diciéndole hasta lo que había hecho en el baño esa mañana.

-Savannah, no sé si este listo para hablar de esto contigo.

Puse su otra mano sobre mis piernas.

-Solo quiero saber un poco más de tu historia.

Sonríe como si algo le doliera.

-Puede que te alejes cuando la cuente.

-No pienso juzgarte.

Simplemente complicado [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora