Capitulo 37

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-¿Me pasas la ensalada por favor?

Asiento con la cabeza y extiendo mi brazo para pasarle a Hannah la ensalada que se encuentra a mi lado en la mesa mientras observo a todos los que se encuentran a mi alrededor mas serios de lo normal.

¿Pero, que demonios pasa?

Pienso, al mismo tiempo que me dedico a mirar mi comida anhelando que está se termine antes de lo pensado para poder irme a recluirme en mi habitación.

-¿Y como se la han pasado?

Pregunta la madre de Savannah con algo de nervios, dejo que mis cejas se junten y solo observo a mi novia mirarla desde su lugar con algo de confusión.

-Bien, supongo que Ethan no tendrá tiempo de ver todos esos lugares que tenía planeado ir, pero no la hemos pasado mal.

-Ya...

Dice su madre volviendo a su plato sin preocuparse de continuar la conversación que había iniciado.

-Para la próxima quizás pueda.

Dice Hannah con tremendo entusiasmo y vuelve a hacerse un enorme silencio durante largos minutos.

-Hoy vamos a ir a montar caballo.

-Que bien... yo solía montar mucho, amaba esos animales es una lástima que ya esté muy vieja para hacerlo.

Responde la abuela de Savannah que ha sido la única que ha actuado normal desde que nos sentamos.

-Seguro que a Savannah también le gusta montar mucho, ¿Verdad hermanita?

Hannah contiene la risa al hacer su comentario a lo que Savannah la mira con ojos saltones y el rostro de su padre se vuelve inexpresivo.

De acuerdo, aquí definitivamente está pasando algo.

-Pensándolo bien, es mejor que demos una vuelta por las tiendas y compremos o comamos helado.

-Pero si la idea de los caballos es excelente Savi.

-Si, abuela, pero es algo que Ethan y Patrick pueden hacer en Estados Unidos.

-Pero cabalgar es más divertido, ¿a que no?

-¡Basta ya Hannah!

Dice Savannah en un perfecto español, provocando así que no pueda entender ni una palabra de lo que ha dicho por excepción del nombre de su hermana. Miro a Patrick intentando encontrar a alguien que traduzca, pero lo único que logro es encontrarlo sonriente mientras continúa comiendo como si no estuviera pasando nada.

-Pero si no he dicho nada, relájate.

-¿Que no has dicho nada?...

Está vez entiendo absolutamente todo y me dedico a mirar a las dos hermanas que ahora se pelean conmigo en el medio.

Por Dios... que ocurre.

-¿Se pueden callar?

El señor Manuel hace que todos volteemos a verlo observando cómo una vena se muestra en su frente de la rabia. Desde que llegue siempre lo veo con el ceño fruncido o hablando con gestos desagradables, pero esta expresión es algo más... está furioso.

-Manuel, por favor.

La madre de Savannah toma su mano sobre la mesa y este la retira aún más molesto.

Simplemente complicado [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora