Adeline Harlow.
Las palabras de aquel señor retumban aún en mi cabeza, pues a pesar de que no quería seguir viendolo, su presencia cada día era un alivio, pues me sentía segura a su alrededor y eso me gustaba.
Mi celular suena en el sofá, así que salgo de la cocina a trompicones gracias a Salem, si, ya le he escogido nombre al minino, al tomar mi celular veo que es la esposa de mi arrendatario, pueda ser que no se haya enterado de que su esposo me pidió que me acostara con él, con más nervios que vida deslizó el botón verde para contestar y me llevo el celular a la oreja izquierda.
—Señora Ivory, ¿En qué le puedo ayudar? —Pregunto enseguida.
—Hola señorita Adeline, ¿Cómo está? —Dice con su voz intranquila, ¿Que habrá pasado?
—Bien, ¿Y usted? —
—Bien, gracias, cariño, estoy llamando a todos los arrendatarios del edificio, porque mi esposo lleva días sin aparecer. —
—¡¿Cómo?! ¿El señor Ivory desapareció? —Pregunto
—Si, hace dos días fue a tomarse un trago y no volvió, ya puse la denuncia a la policía, pero no me han dado respuesta y estoy muy preocupada, cariño, si lo ves ¿Me puedes avisar? —Pregunta con desesperación.
—Claro que si, no se preocupe, si lo llego a ver la llamaré enseguida, no se preocupe, tal vez necesitaba un respiro de todo el estrés que le da el edificio, no se preocupe, estoy segura que aparecerá. — Le digo, aunque ni siquiera sé si sea verdad, pero espero que si, la señora lo quiere mucho.
—Bien, gracias corazón. —Dice y corta la llamada, quedo mirando mi celular unos minutos, hasta que unos toques en la puerta, me hacen volver a la realidad.
—¡Voy! —Grito mientras me dirijo a esta. Al abrirla, me encuentro con el mismo hombre que me busco en la cafetería, lo miro algo desconcertada, y es suficiente para que hable.
—El jefe se siente muy mal por sus palabras, pero no vengo a eso, el jefe quiere que vaya a este evento. — Dice tendiendome un sobre dorado y resalta con mi nombre en letras negras y cursiva.
—¿Que es? —
—Abralo y lealo de una vez y deme su respuesta, pues el jefe quiere una respuesta pronta. —Dice, así que tomo el sobre y lo abro con sumo cuidado, pues es muy lindo para dañarlo.
Mi querida Adeline Harlow, la presente es para invitarte al baile más importante del año, es un baile de máscaras el cuál organiza mi familia, a pesar de que me has dicho que no me quieres ver, yo si lo quiero hacer, piénsalo bien, porque si accedes, no habrá vuelta atrás, estarás toda la noche conmigo, si no quieres, tu decisión es respetable.
Con amor, el jefe...
—¿Seguro que esto lo manda tu jefe? Se ve muy respetuoso para lo que es. — Digo cuando terminó de leerla, éste se ríe y asiente.
—Así es mi reina, el jefe cuando quiere algo lo hace sin importarle que, mis más sinceras disculpas por ello, a veces es incontrolable. —
—¿Reina? —Pregunto, él parece darse cuenta de lo que ha dicho y asiente penoso, ¿Como un hombre de alrededor de 2 metros puede parecer tierno cuando agacha la cabeza?
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Con amor, el diablo.
RomansaÉl era un cliente, lo apodaban el diablo, mi jefe, mis compañeros de trabajo, todos a mi alrededor lo conocían, menos yo, jamás lo había visto, jamás debí acercarme a él...o tal vez, si. Cuando lo hice, no me trató como un cero a la izquierda, no me...