XLVII: Lento.

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«El dolor de la separación no es nada con comparado con la alegría de reunirse de nuevo

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«El dolor de la separación no es nada con comparado con la alegría de reunirse de nuevo.»

-Charles Dickens.

─《♡》

La rubia observaba como todos los estudiantes de último año caminaban de aquí para allá con sus togas y sus birretes de graduados. Estaban en un salón que habían ambientado específicamente para que los alumnos pudieran colocarse sus respectivas togas y birretes antes de salir al campo para su ceremonia de graduación.

Ella sonrió al ver a su novio acercarse mientras modelaba su toga bordo y con bordes dorados.

─¿Qué tal me veo? ─preguntó divertido.

─Cómo para graduarte. ─respondió en una risita

─Eso era justo lo que quería. ─hizo un ademán con dos de sus dedos como para chasquearlos y le guiñó el ojo.

La rubia rió mientras él se sentaba a su lado en el sofá, dejando un beso en su mejilla.

─¿Y esto? ─señaló la estampa de una pelota de fútbol americano que tenía bordada en la muñeca de la manga de la toga.

─Fue idea de Verónica, Cheryl tiene una cereza, Toni tiene una cámara, Reggie, Chuck y yo tenemos lo mismo y ella tiene un tacón. Es como para personalizar la toga. ─se encogió se hombros.

─Oh, es lindo. ─murmuró.

Ambos se miraron a los ojos con una pequeña sonrisa. Sabían que este día iba a marcar un antes y un después en su relación, significaba que Jughead debía irse en dos meses a Stanford, que ya no podrían verse todos los días, siquiera todas las semanas o podrían terminar viéndose únicamente en vacaciones. La rubia suspiró e iba a hablar cuando los interrumpieron.

─¡Miren, miren! ─la pelirroja llamó su atención, dando un giro con su toga que, en vez de bordo, era de un rojo vivo y no tenía los bordes dorados.

La menor la miró con una sonrisa mientras que el ojiazul rodaba sus ojos.

─¿En serio la mandaste a hacer aparte?

─Claro, J.J., yo no puedo ser una más del montón. ─sonrió con egocentrismo.

─No te soporto.

─Yo también te amo. ─ironizó y le lanzó un beso.

─Se ve bonita. ─dijo la rubia.

─¿Ves, Jug? Aprende de ella. ─señaló a su pequeña amiga─. Gracias, B.

─No jodas, y a mí Hiram no me dejó que mi toga sea azul. ─bufó el moreno.

─Es que tú te follas a su hija, te tiene fichado. ─la pelirroja le sacó la lengua.

little innocent | bughead #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora