libro independiente
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él era la noche.
ella era su pequeña luz de luna.
su inocencia lo resguardaba.
su fuerza la protegía.
por separado, eran fuertes,
pero juntos... juntos eran invencibles.
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historia original de -titalo
prohibida copia...
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«La maternidad es la más importante de todas las profesiones.»
-Elizabeth Cady Stanton.
─《♡》─
Dos meses después.
La rubia se observaba al espejo con su blusa levantada hasta sus pechos, se miró de costado y abrió su boca en una gran O.
─¡Jug, ven rápido! ─lo llamó.
Segundos después, el pelinegro entraban de golpe a la habitación.
─¿Qué pasó? ¿Te sientes bien? ¿Bebé está bien? ─calló abruptamente al mirarla─. Tu pancita... ─murmuró.
─Sí... ─dijo ella con los ojos cristalizados.
Tenía el vientre abultado, el cual no le permitía abrochar los botones de su short. El pelinegro se acercó a él y dejó una mano sobre la parte posterior de su vientre con una gran sonrisa y los ojos aguados.
─Hoy hacen cuatro meses. ─murmuró.
─Sí, me estaba alistando para ir con la doctora Vilmery y noté esto, no puedo ponerme mi short. ─hizo un puchero.
─Ha crecido mucho en dos semanas. ─besó su frente y se agachó, quedando frente a su pancita─. Hola, bebé, por fin te haces ver, ─dejó un pequeño beso─ papá te ama. ─murmuró.
Una lágrima se deslizó por la mejilla de la rubia y esta la secó.
─Te amo, Juggy.
El pelinegro se enderezó y dejó un pequeño beso en sus labios.
─Te amo más, princesa.
─¿Ahora qué me pongo? ─bufó.
─Iré a buscar ropa para ponerme y te traeré algo para que te pongas. ─besó su frente.
Se dirigió al armario mientras ella se sentaba en la cama, acariciando su vientre suavemente. Pocos minutos después, el pelinegro volvió a salir ya cambiado con una camiseta blanca con la palabra Gucci escrita en el pecho y unos jeans oversize y le tendió unos jeans campana color rosa pastel a la rubia. Estos combinaban con su remera del mismo color.
La rubia, gracias a su panza, luego de un poco de esfuerzo y ayuda del pelinegro, logró ponerse los jeans.
Ambos, con sus manos entrelazadas, bajaron las escaleras. El pelinegro se detuvo en la cocina mientras la rubia iba a abrir la puerta.
