XVI: You saved me

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«La belleza no hace feliz a quien la posee, sino a quien puede amarla»

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«La belleza no hace feliz a quien la posee, sino a quien puede amarla»

-Hermann Hesse.

─《♡》─

La rubia mayor abrió la puerta de su casa encontrándose con el pelinegro.

─Hola, Jug. ─le sonrió.

─Hola, Alice. ─saludó con una sonrisa nerviosa.

─Pasa, llamaré a Betty. ─se hizo a un lado para que el ojiazul pasara y luego se acercó a las escaleras─ ¡Betty, Jug está aquí! ─avisó.

Se oyeron las risas de las chicas y, luego de unos segundos, Verónica, Cheryl y Toni bajaron las escaleras y se posicionaron una al lado de la otra, señalando hacia arriba.

─¡Con ustedes..! ─comenzó Toni.

Verónica hacía sonidos de tambores de fondo.

─¡Nuestra princesa B! ─terminó Cheryl.

Por las escaleras, se logró ver a la rubia que bajaba con la cara roja como un tomate. Amaba a sus amigas, pero ¡Dios, se estaba muriendo de nervios!

El pelinegro, en cambio, tuvo que tener cuidado de que no se ele abriera la boca, deslumbrado por su hermosa novia. De por sí todos los días era una princesa, su cabello atado en una media cola, dejando lucir sus hondas naturales. Mierda, la hacía ver como la más angelical obra de arte.

Cuando llegó al último escalón, antes de pisar el suelo, Jughead se acercó a ella y ambos se saludaron con un fuerte abrazo.

─Hola, princesa. ─dejó un pequeño besito en sus labios.

─Hola, Juggy. ─le sonrió.

El resto de las chicas, incluida Alice, miraban la escena con ternura.

─Sí Hal estuviese aquí, le hubiesen dado seis infartos. ─bromeó la mayor.

Todos soltaron una risita. El pelinegro se giró hacia sus amigas, sin soltar a la rubia.

─¿Y ustedes qué hacen aquí? ─les preguntó.

─Vinimos a preparar a Betty mentalmente para soportarte estos dos días. ─la pelirroja y el ojiazul se sacaron la lengua.

─Pero si es adorable. ─lo defendió su suegra.

El pelinegro les sonrió a sus amigas con orgullo.

─¿Ven? Alice sí lo nota, soy adorable.

─¡Hey! Yo te defendí de ellas. ─bufó la rubia.

El pelinegro soltó una risita.

─Gracias, mi amor. ─le besó la mejilla.

─Awwww. ─dijeron todas.

Betty se sonrojó a más no poder y no sabía bien por qué. Sabía que estaban en confianza y que no tenía que darle pena las reacciones de sus allegados ante las muestras de afecto entre ella y el pelinegro, pero, cada vez que pasaba, se sonrojaba como nunca.

little innocent | bughead #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora