Extra 1: ¿Cambio?

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Jellybean Jones

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Jellybean Jones.

2 años después del Epílogo.

¿Cuántas cosas habrán cambiado desde hace siete años? Muchísimas, eso es obvio, pero... ¿será que mi madre tuvo algún cambio?

Me preguntaba mientras veía a mis pequeños sobrinitos jugar entre ellos. Jaden, de dos años y once meses, le pasaba los bloques de juguete a Brisa, su hermanita, de diez meses, para que esta los apilara entre balbuceos y risas infantiles. 

Brisa tenía un vestido rosa como de princesa, las mangas abombadas y una falda como la de los vestidos de princesas Disney. Su largo cabello estaba peinado en dos rodetes que yo le hice. Jaden vestía unos jeans y una camiseta con dibujos animados por todas partes. Su cabello despeinado después de correr por toda la casa.

Tenía la mirada perdida en la pantalla de la pantalla plana que estaba frente a mi, esta estaba totalmente negra, ya que nadie había prendido la tele. Me encontraba sumida en mis pensamientos, hasta que oí un grito por parte de Jaden y un llanto por parte de Brisa.

Sacudí mi cabeza, ubicándome en espacio y tiempo y los miré. Brisa lloraba y Jaden la miraba con recelo.

─Hey, ¿Qué pasó? ─pregunté, acercándome para tomar a la pequeña pelinegra entre mis brazos.

─Bri me quería quitar mi juguete. ─se quejó Jay, abrazando su autito del Rayo McQueen.

Bri lloraba escandalosamente en mi oído mientras yo la abrazaba. Sí, era un tanto caprichosa.

Es hija de Jughead, no podemos esperar menos.

Cierto.

─Ya, Bri, tranquila, ¿si? ─acaricié su espalda, ella se aferró a mí.

─Jay malo. ─murmuró con dificultad.

─No, mi amor, Jay no es malo, tan solo quiere su auto. ─me agaché para quedar a la altura de mi sobrinito─. Jay, ¿no puedes prestarle el juguete a Bri? ─acaricié su cara con una de mis manos.

─¡No! Ella es tonta y llora feo. ─hizo un puchero y el llanto de la niña se intensificó.

─Jay, cielo, ¿Qué hablamos sobre hablar así de Bri? ─pregunté suavemente.

Jamás nadie había regañado a Bri ni a Jay, Jughead lo había prohibido terminantemente, ni siquiera Betty podía hacerlo.

Jay y Bri están siendo criados a base de una crianza respetuosa, jamás se les levantaría la mano ni se les regañaría, en cambio, charlaban con ellos y les hacían entender qué parte de lo que hicieron estaba mal y por qué. También se les enseñaban ejercicios de respiración para regular sus emociones.

Mi niño me miró con los ojos cristalinos.

─Qué está mal. ─bajó la mirada y me tendió el juguete─. Perdón. ─musitó.

little innocent | bughead #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora