XLII: Confiar

228 14 43
                                    

«Cuertos recuerdos son como amigos comunes, saben hacer reconciliaciones»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«Cuertos recuerdos son como amigos comunes, saben hacer reconciliaciones»

-Marcel Proust.

─《♡》─

La rubia entraba a su casa con el pelinegro detrás suyo. Ambos llevaban una caja y él venía arrastrando también la maleta.

La rubia mayor se levantó del sofá al verlos.

─¿¡Y todo eso!? ─preguntó con los ojos abiertos como platos.

─Regalos de cumpleaños. ─respondió la rubia, feliz, mientras dejaba la caja sobre la mesa frente al sofá.

─¿Qué carajo? ─su papá frunció el ceño─. A este paso, tendremos que hacerle una habitación a todos tus regalos. ─bufó.

─Más porque Jughead tiene la costumbre de darte un regalo hasta por respirar. ─ambos miraron mal al pelinegro y la rubia lo abrazó.

─En mi defensa, se lo merece. ─sonrió como un angelito caído del cielo.

─Ahora resulta que tengo de hija a la Virgen María, que le dan regalos como si fueran ofrendas. ─la mayor se cruzó de brazos.

La ojiverde y el ojiazul soltaron una carcajada.

─Debo buscarle lugar a todo esto. Vamos,  Juggy. ─volvió a tomar la caja y ambos subieron hacia su habitación.

─Vaya, sí que tendrás un problema acomodando esto. ─comentó el pelinegro, dejando su caja sobre la cama y la maleta a un lado.

La rubia suspiró, asintiendo, dejando su caja al lado de la otra.

─Aunque la mayoría es ropa, entra en mi clóset. Los peluches los dejaré junto a Debbie, que me acompaña todas las noches.─señaló al oso gigante sobre la cama y el pelinegro sonrió─. La joyería la pondré en mi alhajero, menos la de Disney, esas las pondré en un lugar especial. Y el maquillaje, pondré una parte en los neceseres que me regalaste y otra en el tocador. ─sonrió con emoción.

El pelinegro se acercó a ella y besó su frente.

─¿Quieres acomodar todo y luego ir a mi casa o lo acomodas cuando vienes? ─preguntó sin despegar sus labios de la piel de su novia.

─Lo haré ahora, ¿me ayudas? ─hizo un puchero.

─Claro, mi vida, no tienes ni que pedirlo. ─dejó un pequeño beso en sus labios.

little innocent | bughead #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora