libro independiente
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él era la noche.
ella era su pequeña luz de luna.
su inocencia lo resguardaba.
su fuerza la protegía.
por separado, eran fuertes,
pero juntos... juntos eran invencibles.
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historia original de -titalo
prohibida copia...
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«El hogar es la escuela donde aprendemos que el amor se muestra en los detalles»
-Andi Ashworth.
─《♡》─
El pelinegro estacionó su auto frente a la casa de la rubia para llevarla al colegio, había arreglado eso con Hal el día anterior. Sería como una sorpresa para Betty.
Tomó su celular y se puso a revisar sus chats, ya que no había nada nuevo para hacer. Podría comenzar a responder todo lo que tenía, pero no lo haría por dos razones: los mensajes tenían más de dos semanas y le daba mucha pereza. No era el mejor contestando mensajes de personas que no fuesen sus amigos y su novia.
Se exaltó cuando oyó una voz y se volteó, encontrándose con el pelirrojo y el castaño delante de su auto, esperando a la rubia como de costumbre. Suspiró, ¿empezar la mañana hablando con ellos dos? No era lo mejor que podría pasarle. De hecho, se encontraban en el top tres de peores cosas que podían sucederle, pero bueno.
Bajó la ventanilla y carraspeó su garganta, llamando la atención de ambos chicos.
Jughead lo miró como si reírse fuese el mayor pecado de la historia. Tomó aire, intentando no bajar del auto solo para romperles la cara por tratar a Betty como la trataban. Iba a hablar cuando una voz los interrumpió.
─¿Juggy? ─preguntó la rubia detrás de Archie y Kevin.
─Princesa. ─sonrió al ver la cara de Archie.
Abrió la puerta del copiloto, haciendo que los otros dos salgan se allí.
─¿Qué haces aquí? ─preguntó la rubia acercándose.
─Eh... ¿vengo a llevarte al colegio? ─dijo a modo de pregunta con una sonrisa ladina.
La rubia sonrió con felicidad, hasta que recordó a sus amigos. Archie habló.
─B, vamos, no irás con él, ¿o sí? ─enarcó una ceja.
Betty frunció el ceño levemente, ¿Por qué eso sonó a orden disfrazada de pregunta? Jughead se dijo lo mismo, pero en su mente fue más: vuelve a intentar ordenarle algo y saldré del auto solo para darte un golpe que te ordene las ideas.
─Eh, sí, iré con él. Nos vemos en clase, chicos, supongo. ─les dijo subiendo al auto y cerrando la puerta.
Jughead le sonrió y, con una mano, la tomó por detrás del cuello para acercar sus labios. Los unió en un beso suave, delicado.
