XX: Créeme.

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«La confianza del inocente es la herramienta más útil del mentiroso»

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«La confianza del inocente es la herramienta más útil del mentiroso»

-Stephen King.

─《♡》─

El pelinegro estaba abrazado a su hermana, ambos en el sofá, mientras lloraba desconsoladamente. Llevaba así alrededor de una hora, quería parar de llorar, pero no podía hacerlo y su cabeza, su garganta y su corazón dolían como nunca antes. Solo podía recordar la mirada que ella le dedicó, tan... destruida.

Jellybean estaba preocupada.

─Jug, ¿puedes decirme qué pasó? ─estaba acariciando el cabello de su hermano, intentando que este se calme.

─S-sí, solo... espera un segundo. ─se enderezó y tomó una bocanada de aire. La miró con la cara roja y llena de lágrimas─. Estaba guardando todas mis cosas en mi casillero, cuando se me acerca Lilian Blake, intento irme, dice un par de cosas y luego me besa. ─su hermana hizo una mueca, Jughead volvió a llorar─. Tardé solo dos segundos en separarme, pero fue demasiado tarde, Archie había grabado todo y le había mandado una foto a Betty. ─explicó─. Ella no quiso escucharme. ─murmuró con la voz rota.

─Jug, ─volvió a abrazarlo─ ve a hablar con ella, o al menos inténtalo. No puedes perderla por una estupidez de Archie. ─le dijo.

Él asintió, ambos se levantaron del sofá.

Por otro lado, la rubia se encontraba llorando, acostada en su cama, con sus padres a su lado mientras la miraban con pesar. Había pasado ya un rato de que salió corriendo del colegio, pero aún seguía llorando y su corazón dolía.

─¿P-por qué me hizo esto? Y-yo lo amo mucho. ─musitó con la voz rota.

─Lo sabemos, cielo, pero quizá todo tiene una explicación, deberías oírlo. ─le dijo Hal, quien se negaba a creer que su chico favorito haya sido capaz de eso.

Hal amaba a Jughead casi tanto como Betty y apostaba todo su dinero a que él era incapaz de hacer eso. Si el chico tocaba la puerta de su casa en ese mismo instante, explicando lo que realmente había pasado, él no dudaría ni dos segundos en creerle. Después de todo, Jughead Jones era el chico perfecto.

Y, hablando del rey de Roma, en ese momento, el timbre de la casa Cooper sonó. Los dos adultos se miraron y luego miraron a su hija.

─Iremos a ver quién es y... tranquila, no lo dejaremos pasar si es él. ─aseguró su mamá. Mentira, mentira, mentira.

Ella también se negaba a creer que Jughead había hecho eso. ¿El chico al que le brillaban los ojos y se le dilataban las pupilas cuando alguien mencionaba incluso la letra B? No, era imposible que él le fallara a su hija de esa forma.

little innocent | bughead #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora