LVIII: Bienvenido al mundo, Jay

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«Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre»

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«Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre»

-Gabriel García Márquez.

─《♡》─

No más de quince minutos más tarde, el pelinegro estacionó el auto frente al hospital y bajó, abrió la puerta de la rubia, la tomó en brazos y se acercó a la entrada, donde lo asistieron dos enfermeros, llevándoles una silla de ruedas.

El ojiazul dejó a la rubia en la silla y miró a los enfermeros.

─Vaya a registrarla, nosotros la instalaremos en la habitación y llamaremos al doctor. ─indicó una chica.

Él asintió y se fue a recepción para registrar a la rubia.

─¡Muévanse ya, me estoy muriendo! ─oyó como su novia les gritaba a los enfermeros y negó en una pequeña risa nerviosa.

Los enfermeros se movían rápidamente hacia el ascensor, presionando el cuarto piso. Antes de que las puertas se cierren, uno de los enfermeros visualizó a uno de sus compañeros y llamó su atención.

─¡Hey, llama a la doctora Ajax! ─le dijo y el otro chico asintió rápidamente, yéndose casi corriendo.

Mientras eso, la rubia se quejaba y gritaba cosas al azar por el dolor, las puertas se cerraron, comenzando a subir al piso indicado.

Por otro lado, el ojiazul hablaba con la recepcionista, anotando los datos de la rubia en un documento que le había dado la chica, cuando otro chico entró.

─Avisa a los familiares de Elizabeth Cooper que está en la habitación 222, gritándoles a los enfermeros que quiere a su esposo. ─dijo divertido, la chica se sonrojó, haciendo señas al chico, apuntando al ojiazul.

El pelinegro pudo ver cómo el chico abría sus ojos como platos, pero no le dio importancia, lo único que estaba en su mente era la palabra: esposo. Es decir, no era nada muy nuevo, ambos solían referirse así sobre el otro cuando estaban solos, pero que ella lo haya gritado a los cuatro vientos lo impactó, aunque lo más probable era que haya sido por el dolor.

─Ya está. ─murmuró entregándole el documento, luego de firmar.

─Bien, la registraré, puede pasar a la habitación 222 en el cuarto piso, su esposa está junto a la doctora Vilmery Ajax. ─le sonrió con amabilidad.

─Gracias. ─volvió a murmurar, aún algo shockeado.

Se encaminó al ascensor y presionó el cuarto piso, aún pensando en la palabra.

little innocent | bughead #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora