IX: Nuestra niña

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Francia
19 de Junio 2021

La media noche había llegado, America por fin había aceptado dejar de beber y la única parte de todo esto es que después de olvidar el tema de Lando se pusieron a hablar de cosas para conocerse más.

Charles pensaba que su amigo era más que estúpido por dejar ir a una persona tan transparente como la chica que estaba enfrente suyo, nisiquiera se atrevía a negar que estaba fascinado con todo lo que le contaba.

Estaba fuera del hotel donde se hospedaba Red Bull pero logro ver a Max con el causante del mal estado de ánimo de la castaña y para evitar una discusión entre los tres prefirió llevarla al hotel de Ferrari para que la paz de todos no se viera comprometida. Volteo a ver a America para asegurarse de que no habia visto a los pilotos en el lobby, se sentía afortunado porque ella estaba distraída jugando con una liga de cabello que adornaba su muñeca, quien sabe de donde la había encontrado.

El hotel donde se hospedaba no estaba demasiado lejos y rogaba por no encontrarse a ningún fan que comenzará a crear rumores que pudieran afectarla, y como si Dios estuviera de su lado y por la hora que marcaba en el reloj de su celular, la entrada del lugar estaba despejada. Lo único que vio fue que había un encargado del parking, el mismo que había visto aquella mañana así que le dio las llaves de su auto cuando ayudo a bajar a la joven de vehículo.

La noche estaba algo fría y se arrepintió de no llevar alguna chaqueta o sudadera que pudiera prestarle a su nueva amiga, sentía remordimiento al ver como sus dientes chocaban entre ellos por el frió que sentía. Por lo que rápido la tomo del brazo ingresando al lugar donde le dio una bonita sonrisa a la recepcionista cuando ella lo recibió con un saludo.

Llegando al ascensor lo llamo y no paso mucho tiempo entre que lo llamo y las puertas se abrieron de par en par.

-¿Estás bien? -ella asintió con suavidad - Estás muy callada

-Seguro piensas que soy una tonta.

-¿Por qué pensaría eso de ti?

-Por estar así por Lando, nisiquiera éramos novios -solto una risa amarga- lamento arrastrarte a esto, seguro querías pasar tiempo con tu hermano y no... no te pregunté si podías o querías acompañarme.

-Arthur lo puede entender y me gusta saber que confías en mí.

-Eres de las personas más chismosas que conozco pero también eres muy sincero así que no veo porque no podría confiar en ti.

El silencio se hizo presente una vez más pero era un silencio cómodo, con una agradable atmósfera.

Charles sonreía, había descubierto que la chica de ojos risueños era más sincera con unos tragos encima.

En todo ese día que habían pasado juntos, los dos habían conocido del otro: su pasado, sueños, metas, miedos y talentos. Él le había hablado de su gusto por tocar el piano y ella de su gusto por cantar y como su papá la había llevado a clases de canto esperando que algún día pudiera cantar en una obra musical en su teatro.

Incluso ella le habló de como la herencia de su padre era casi por completo era suya y que al fin podría mudarse del departamento que Red Bull le había dado.

America tomó su mano cuando el ascensor se detuvo, aquello lo saco de sus pensamientos pues su tacto se sentía como una corriente eléctrica que recorrió su cuerpo de pies a cabeza.

Sin soltar su mano, la guío hasta su habitación donde una vez que estuvieron dentro, el piloto le dio el menú para que pudiera pedir algo para comer, en todo el día solo había bebido y comido de una una tabla de quesos y carne. Siendo sinceros eso no era comer y el estómago de ambos lo sabían.

Pequeñas cosas [Charles Leclerc|Lando Norris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora