XXXV: Perra holandesa

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Ciudad de México, México
28 de Octubre 2022

Le gustaba el ambiente en México, su amado México, podía conocer el mundo entero pero siempre que tocaba las tierras de aquel país podía sentir la calidez de la gente que recibía a cada miembro del equipo, desde pilotos hasta voluntarios, todos y cada uno de ellos eran recibidos con platillos y tamboras.

-¿Estás bien, malcriada?

Preguntó el mayor provocando que las miradas se posaran sobre ella a lo que solo respondió levantando el pulgar, el director del equipo no quedó convencido con aquella respuesta así que se puso de pie el le entrego un caso de agua cuando vio como había perdido todo rastro de color en el rostro.

-Trata de respirar, Isis trae a los ixhamxoand

No logró descifrar lo que decía y en su cabeza todo sonaba como un balbuceó.

-¿No sería mejor hablar con Lando?

-Te di una orden.

Escuchaba como el director discutía con su nueva asistente, la hubiera defendido de no ser que sentía que si abría la boca iba a terminar recreando la escena de la niña del exorcista. ¡Absolutamente repugnante!

Logró escuchar sentir como unos brazos la tomaban, desearía saber quien era su salvador pero todo a su alrededor le estaba dando vueltas, desearía que aquello no estuviera sucediendo, sentía que las miradas llenas de lástima estaban sobre ella y no quería que la vieran así.

Sintió la brisa del ambiente golpear su cuerpo, aún estaba en los brazos de aquel misterioso hombre que le estaba dando la calma que necesitaba para no hacerla perder la cabeza en aquellos momentos. Si era realmente sincera, la peor parte de estar embarazada eran los mareos y las náuseas que solían llegar juntos como si fueran siameses, o eso había escuchado pero no había tenido la oportunidad de sentirlos hasta ese momento que le llegaron sin ningún aviso previo.

-Trata de concentrarte en mí, por favor.

-No puedo.

La voz sonaba irreconocible y paso lista mentalmente, recordaba que ninguno de sus amigos aun no llegaba, a diferencia de ella como Helmut que tuvieron tuvieron que adelantarse por un reunión con Christian.

-Claro que puedes, tú puedes con todo porque eres muy fuerte.

-Tengo miedo.

Se aferró al cuerpo bien trabajado que aún la tenía en sus brazos, lo único que sabía es que aquella complexión no encajaba en Lando o Charles, a ellos podía reconocerlos en cualquier sitio.

-¿Te acuerdas cuando era niña y trepaste al árbol del que no querías bajar por nada del mundo?

-Cuando papá murió.

-Ese mismo día es del que hablo, trata de recordar lo que te dije.

-Eras un niño, no tiene sentido aquello.

-Dime que te dije y ya veremos.

En la entrada del hospitality estaba Checo con una gran sonrisa y a su lado estaba Paola, ambos morían por verla así que no pensaron dos veces cuando acordaron su temprana llegada al paddock.

La hija de los Pérez sonreía porque incluso en aquella época estuvo muy celosa de la forma en la que su hermano protegía a aquella chiquilla llorona.

-Dijiste que ganarías un campeonato mundial en la fórmula uno para que volviera a sonreír.

-No, yo te juré que ganaría el campeonato mundial para poder ver como tus ojos brillaban de felicidad.

Pequeñas cosas [Charles Leclerc|Lando Norris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora