CAP 1

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23 AÑOS DESPUÉS


—¡Date prisa, Sunghye! Eres demasiado lenta—Grito una chica con voz chillona desde la mesa donde estaba sentada.

—Están lenta que parece un caracol—Ella no refutó nada mientras bajaba las viejas escaleras que crujían bajo sus pies, de camino al comedor donde el resto de su familia estaba sentada cómodamente, algunos ya comiendo.

—¡Espero que le hayas echado suficiente salsa!—Exigio la otra, aunque sin recibir contestación de la ingenua chica. Esta última bajo la vista al suelo y camino hacia el comedor, en donde se encontraba seis personas:"su padre, su madrastra, sus tres hermanastras y solo un hermanastro".

—Siento haber tardado tanto, tuve que calentarlo—Explicó ella cuando finalmente se paró frente al comedor, Hana, la que había pedido la salsa, se la arrebato bruscamente de las manos, y le espectro de manera cortante.

—Si que deberías sentirlo—Despues comenzó a comer, con un mechón de pelo cayendole  sobre el ojo izquierdo. Había unos siete asientos alrededor de la mesa, con solo seis de ellos ocupados, y a pesar de ello, Sunghye sabía que el séptimo sitio no era para ella.

—Creo que eso es todo por ahora, puedes irte—Anuncio su madrastra abruptamente, indicándole a la joven que se marchara, y eso fue exactamente lo que hizo, tras una reverencia humilde y obediente.

—¿Por qué no se une a nosotros a comer? ¿Al menos hoy?—Pregunto Suzy, su segunda hermanastra, ante esto, Sunghye dejo de caminar y se quedó quieta, esperando a escuchar una respuesta.

Comer con ellos..... Eso habría de estar bien.

—Pero, ¿Que pasa contigo, Suzy? ¿Porque tendríamos que comer ante su presencia? Esta es una mesa para lobos de verdad, no para una chica común, haciéndose pasar por uno de los nuestros—Interrumpió Hana, cuyas palabras destrozaron el corazón de la aludida.

—Hana...—Le advirtieron sus padres.

—¿Que?—Se burló la primera—No dije ninguna mentira ¿verdad? Es la cruel realidad y es bien sabido por todos, Sunghye es la única que no se ha transformado, la única que no tiene ni una sola aptitud, no es más que una tonta, como si fuera una simple humana;si no fuera por el hecho de que papá afirma que es la hija de su primer esposa, habría jurado que no es de esta familia, ¡Desde luego, no del linaje de los lobos!

—Ya basta Hana—Intervino el padre, y se dirigió a la chica de la que hablaban, la cual ahora lucía absolutamente pálida—Deberías irte—Dijo, dirigiéndose directamente a ella.  Y tras tragar saliva, está se dio la vuelta y siguió alejándose. No puedo evitar sentirse apesadumbrada en su interior, a la vez que abrumada por unas lágrimas que aún no estaba lista para dejar escapar, sin embargo, se le acumulaban en los bordes de los ojos, de forma que tuvo que caminar con cuidado por miedo a tropezar.

—¿Que te ocurre, Yuna? Parece que no te encuentras bien—Escucho decir a su madrastra detrás suya, no se molestó en voltearse a girar para observarlos, ya que aún podía oírlos con claridad.

—Yo...creo que estaré bien, no es nada, solo me encuentro un poco mareada—Respondió aturdida la hija menor de la familia.

La escalera estaba un poco lejos donde se encontraba ella, no obstante, no se molestó en seguir escuchando las conversaciones familiares, cuando por fin llegó a estas, y sin dudar empezó a subir al piso de arriba. Primero se dirigió a la cocina, tomo su comida y luego se fue hacia su remota y solitario habitación, no era el dormitorio típico que contenía una buena cama, un armario, unas sillas bien colocadas y demás, para nada, lo único bueno que tenía la habitación de Sunghye era la cama. Para cuando llegó, ya había perdido el apetito por completo, así que dejó el plato sobre la mesa de madera, y se acercó a la cama para sentarse.  Una cosa agradable que tenía su habitación, y que le encantaba, era que la cama estaba tan cerca de la ventana, que le permitía poder disfrutar del aire fresco sin tener que levantarse. La chica se quedo un rato mirando hacia la ventana, deseando que sus preocupaciones pudieran esfumarse y desaparecer con el viento, cosa que lamentablemente no era posible.  Por desgracia, solo había una persona con la que podía hablar, entonces se volvió a sentar cómodamente en la cama, agarrando la muñeca que estaba ahí encima. Exacto, esa era la única amiga que tenía. La joven sonrió débilmente mientras le acariciaba el escaso cabello amarillo, sus ojos de mentira están mirándola... O en cualquier caso, eso quería creer ella.

—Hoy no me dejaron comer en la mesa con ellos, como de costumbre—Expuso—Suzy intento convencerlos, aunque no le hicieron caso—Continuó. Justo después, hizo una pausa y exhaló profundamente.

—¿Por que soy tan desdichada y desafortunada?—Se preguntó en voz alta, la cual se le quebró un poco—Ojalá....alguien pudiera explicarme por qué soy la única sin habilidades propias de loba, porque, pese a ser una en teoría, no me siento como tal, ¿Será que estoy maldita o algo así?—Luego hizo otra pausa y respiró—Ojalá mamá estuviera viva, y así tal vez no tendría que pasar por esto—De repente, la puerta se habrío de golpe con la interrupción de Hana, lo que dejó a Sunghye sosprendida, ¿Por qué habría entrado así?

La otra chica tenía una expresión poco amigable cuando entró en la habitación mirándola a ella, quien todavía sostenía la muñeca en la mano.

—¿Que sucede? ¿Algún problema?—Decidió preguntar la chica.

—Aunque hubiera algún problema, tu nunca serías uno para mi—Se burló Hana en respuesta—De todos modos, solo vine a decirte que te prepares porque me vas a acompañar al mercado para ir a comprar algo de comida, puesto que el Rey Alfa ha declarado mañana un día sin movimiento, así que no me hagas esperar—Y con eso, se dio la vuelta y la dejo sola de nuevo.

-El Rey Alfa- Pensó Sunghye mientras miraba hacia la muñeca. Se preguntó que podría pasar el día de mañana y por qué el Alfa lo había declarado "Día sin movimiento" aquel en el que todos debían permanente en el interior, sin salir de casa en ningún momento.


RĖY ÅLFÄ


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