CAP 22

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REALMENTE LA PERDIÓ


En ese instante, los ojos de Sunghye estaban casi salidos de sus órbitas. No, eso no podía estar pasando.
¿Ya era hora?

La joven tragó saliva y observó a Dahyun, como si ella pudiera hacer cualquier cosa para ayudarla. Esta última, por su parte, estaba un poco confundida.

—Reina Sunghye—Llamó el guardia, preguntándose por qué aún no había recibido respuesta de ella.

—Oh... Necesito tomar agua primero. Por favor—Se excusó finalmente la chica, mientras sus ojos miraban el suelo.

—Sí, por favor, puedes venir con ella, simplemente quiero darle un poco de agua—Intervino Dahyun, y como el guardia era razonable, aceptó.

Y con eso, todos se dirigieron a la habitación de la mujer.

Ella pudo notar lo extremadamente nerviosa que estaba Sunghye, por lo que se preguntó cuál podría ser el problema. ¿Por qué estaba tan asustada por ir a la habitación del Rey?

En seguida, llegaron a sus aposentos y, mientras el guardia esperaba afuera, entraron las dos mujeres.

El estado de ánimo de Sunghye estaba demasiado arruinado, pero todavía podía notar lo hermosa que era la habitación: grande, renovada,cómoda y colorida. Era mucho más bonita que la de ella.

—Aquí tienes—Pronunció Dahyun, mientras levantaba el vaso con agua y se lo pasaba a la joven, quien murmuró un "gracias" antes de tomarlo y beber de él.

En ese momento la chica tenía la respiración entrecortada, por lo que bebió el agua con tragos profundos y duros.

—¿Te encuentras bien?—Interrogó Daeyun con calma, observando fijamente su rostro.

Sin embargo, Sunghye no le dijo nada, pues, no podía mentir...

—Querida, ¿por qué siempre temes ir a la habitación del Rey? Ya deberías estar acostumbrada—Alegó la mujer tocándole el brazo, y Sunghye la miró fijamente a los ojos.

—Es que.... Es mi primera vez—Explicó, mientras sus ojos reflejaban mucho miedo y dolor.

¿Qué? Dahyun estaba confundida.

—Tú... ¿Estás queriendo decir que desde que te casaste con el Rey no te ha tocado?—Interrogó la mujer con el ceño fruncido, y la joven asintió con pesar—Oh. Querida...—Murmuró Dahyun, luego se quedó en silencio durante unos segundos—No deberías tener miedo, estarás bien. ¿De acuerdo?

—Está bien—Respondió débilmente Sunghye, y luego se dirigió hacia la puerta.

Sus manos sostenían los bordes de su vestido, a la vez que caminaba detrás del guardia que la estaba llevando a los aposentos del Rey. Mientras pensaba en lo enorme y frío que era el hombre, sus miedos no se apoderarían de ella. ¿Cómo se sentiría? ¿Acaso iba a ser extremadamente doloroso?

Ella había leído sobre el sexo en cierto libro, y por lo poco que entendió, podía decir que era doloroso. Se señalaba que la zona intima de la dama terminaba sangrando, haciendo que Sunghye se preguntara si estaría tan lastimada como para causarle una herida.

La joven casi estaba jadeando y, finalmente, llegaron al umbral de la puerta.

Tan solo había un guardia allí, y Sunghye pudo concluir que el que la estaba guiando era el segundo. Él llamó a la puerta y, cuando la voz del Rey le hizo pasar, entró con la joven Reina.

—Puedes irte, Jake—Le ordenó Yoongi al subordinado, quien hizo una reverencia y se fue inmediatamente, dejándolos a los dos solos en la habitación.

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