¡NO LO PERMITIRE!
Los ojos de la Reina Hyesun se oscurecieron y de inmediato se puso de pie de una sola estocada.
La sonrisa que una vez albergó su expresión se desvaneció tras fruncir el ceño al escuchar lo que su doncella le dijo.—¿De qué hablas, Gina? ¿Acaso enloqueciste? ¿Cómo puedes decir todas estas mentiras?—ella inquirió enojada y con los ojos llameantes.
Ante tal réplica, Gina bajó la cabeza aterrorizada.
—Que la diosa me prohiba mentirte, Mi Reina. Tu ya me conoces, nunca te traeria noticias falsas. Esto lo escuché directamente de un guardia, quien estaba entre los que habian cabalgado con el Rey hasta la casa de la dama, según él, ayer ella desobedecio la orden de cierre total del Rey, dado que salió de casa. Y como castigo, el Rey decidió convertirla en su cuarta esposa para que no tuviera la posibilidad de disfrutar de la compañia de otro hombre por el resto de su vida.
Tras escuchar tal revelacion, el corazon de Hyesun latió en su pecho como si quisiera estallar, y sus ojos se dilataron reflejando un gran brillo.
—¡No! ¡No puede ser!—Exclamó ella de repente—¡No es posible! ¡No puedo creerlo! ¡No puede pasar! ¡Me niego!
La mujer continuó resoplando mientras pasaba junto a Gina dirigiéndose hacia la puerta, rozando su hombro en el acto. Enseguida, ella salió de la habitación y su doncella la siguió, preguntándose adonde se encaminaba.
—¿Acaso fue un error contarle esta noticia?—esta última pensó
La cara de Hyesun reflejaba toda su cólera mientras caminaba por el pasillo hasta llegar al balcón, en donde finalmente se paró frente a la baranda, vislumbrando desde allí el camino por donde pasaban los caballos. De hecho, su idea era descubrir si la supuesta "esposa" ya estaba alli.
—No quiero creerlo, Gina—Expresó la mujer mientras respiraba intensamente—¡Maldita sea! De verdad espero que por primera vez hayas obtenido información falsa.
Gina estaba detrás de ella sin atreverse a mover ni un dedo, esperando que no la castigaran por tan malas noticias, pues ella no tuvo la intención de causar ningún daño.
Por su parte, Hyesun estaba hirviendo de ira. -¿Una esposa nueva? ¡No puedo aceptarlo! Ni siquiera terminé de lidiar con Jiyeon ni con la tercera Reina. ¿Y ahora una nueva? ¿Otra rival? ¡Claro que no!-la mujer medito para si con furor-Ninguna otra mujer es bienvenida. ¿Qué cree el Rey que está haciendo?-
—¿Acaso él ya regresó?—Ella preguntó mientras giraba la cabeza.
—Asi es, Mi Reina. Volvió hace un momento—Gina replicó con una reverencia.
—Necesito hablar con él ¡ahora mismo!—Prosiguió Hyesun con voz ronca, al mismo tiempo que se daba la vuelta para alejarse.
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EN EL PALACIO DE LAS BRUJAS
Se podia ver a Jihyo caminando por el pasillo con algunos libros en la mano. Llevaba la indumentaria roja que la caracterizaba, si bien en esta ocasión, no tenia la capucha puesta sobre la cabeza, y por lo tanto, el largo cabello le caia suavemente sobre la espalda al descubierto. El salón era largo y estaba pulcro, con focos de luz a cada lado cada varios metros.—¡Hermana Jihyo!—Escuchó que alguien pronunciaba su nombre desde detrás, lo que le hizo darse la vuelta para ver a una de las hermanas corriendo hacia ella.
—Hermana Maya—La aludida reconoció a la mujer que traia una cesta consigo, y luego continuó:—¿Hay algún problema?
—No, claro que no—Respondió la hermana con una cálida sonrisa—Alguien vino a entregar esto dice que
quiere darte las gracias por haberla curado ayer. Debe de ser la mujer enferma a la que fuiste a atender.
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Mi Rey Alfa
FanfictionSunghye era una joven que provenía de los hombres lobo, también conocidos como los leones de montaña. Creció en una de las manadas más fuertes, pero desafortunadamente, no tenía habilidades de lobo. Ella era la única de su manada que era un lobo imp...