Mi Rey Alfa

CAP 18

TRES NOCHES

De pronto, una voz masculina rompió el profundo silencio...

—Quítate la ropa, Sunghye. Si tengo que decirlo de nuevo, sentirás el sonido del látigo en la espalda—Las frías palabras de su dueño se colaron por sus oídos, y provocaron escalofríos en su espalda.

Ella sostuvo el vestido con fuerza contra su pecho, como si fuera un escudo protector... definitivamente no quería soltarlo y quedar indefensa.

—Mi... Mi Rey... soy virgen—Su voz era demasiado débil para pronunciar en voz alta las palabras, así que tuvo que susurrarlas.

—Y tú eres mi esposa, no lo olvides. Ahora eres mía, y lo serás para siempre. Incluso puedo decidir cuándo poner fin a tu vida si lo deseo. Ahora, por última vez te lo ordeno, quítate la ropa.

Una mano helada se acercaba cada vez más y más, hasta que casi tocó su cuerpo tembloroso.

Todo se volvió oscuro de repente.

Sunghye abrió los ojos jadeando pesadamente; temblando de miedo. Acto seguido, se sentó en la cama de inmediato, con las manos en el pecho. Había tenido un sueño terrible; una espantosa pesadilla.

¿El rey estaba tratando de tener relaciones sexuales con ella?

¡Oh, no!

La joven no estaba preparada para eso. Pero, ¿qué esperaba realmente? Ella ya estaba casada con ese hombre y, por lo que sabía, su esposo tenía pleno acceso a su cuerpo.

¡No! ¡Ella no estaba lista para entregarse a un hombre aún! ¡No podía hacerlo!

En ese momento, sus ojos captaron el paisaje de la ventana y arqueó las cejas, al darse cuenta de que estaba oscuro. Oh... no tenía ni idea de que ya era tarde. De repente sintió que su estómago rugió, y fue entonces cuando recordó que aún no había comido.

Justo entonces, la puerta se abrió y el gamma entró a la habitación. Jimin se detuvo en la puerta y la miró intensamente. Para él era obvio que ella había estado durmiendo. Sunghye, por su parte, se sobresaltó un poco cuando lo vio.

¿Qué podría querer él?

—Vístete—Ordenó el hombre de repente—El Rey te quiere en su habitación, Ahora.

Los ojos de la joven se oscurecieron en el momento en que escuchó esas palabras:

-El Rey te quiere en su habitación-

No, no puede ser posible; simplemente no puede ser posible. La joven permaneció allí en la cama como una estatua, lo que dejó atónito al hombre, quien se preguntó si no lo había escuchado.

—Estoy seguro de que fui lo suficientemente claro—Se burló este—Dije que el rey te quiere en su habitación.

—¿Por... por qué?—Aunque con la voz quebrada, Sunghye finalmente encontró algo que decir.

La pregunta le pareció tan divertida a Jimin que no pudo menos que soltar una carcajada.

—¿Qué te parece esta propuesta? Cuando llegues, le preguntas al mismísimo Rey en persona. ¿Nos vamos?—Preguntó, pero ella se mantuvo en el mismo lugar, sin hacer el más mínimo movimiento.

La chica estaba muy asustada. ¿Por qué la querría el Rey en su habitación? ¿A esa hora de la noche?

—Sé que no planeaste nada de esto, Sunghye—Expuso Jimin—Pero como ya sucedió, solo tienes que aceptarlo. Ahora, confía en mí, realmente no quiero lastimarte; a menos que me obligues a hacerlo. Así que, mientras todavía tengas la oportunidad, ponte de pie y ven conmigo.