CAP 21

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LA ÚNICA


Sunghye estaba temblando de manera imperceptible mientras se encontraba parada frente al Rey, quien no hizo ningún movimiento durante un largo rato. ¿Por qué a él le gustaba tanto hacer eso? ¿Infundir tanto miedo con su silencio?

La joven jugueteó con la punta de las uñas y se estremeció un poco cuando lo notó cerrando el libro.

—Sunghye—Pronunció él; su voz resonaba con algo de veneno. Entonces, el hombre dejó el libro en sus manos y fue en busca de otro.

—M... Mi Rey, Saludos, Mi Rey—Tartamudeó ella, fue entonces cuando la joven se dio cuenta de que no lo había saludado a tiempo.

Posteriormente, hubo un breve silencio.

—¿Por qué eres tan débil?—Cuestionó él, sacando un nuevo libro del montón.

A decir verdad, aquella pregunta golpeó con fuerza a la pobre chica. ¿Qué? Ella realmente no esperaba tal pregunta...

Entonces, la chica bajó la mirada y tuvo que pasar algún tiempo, antes de que pudiera encontrar las palabras adecuadas para decir.

—Yo.... Nací de esta manera, Mi Rey—Contestó ella, sintiéndose muy  avergonzada de sí misma.

Ella no diría que estaba sorprendida de que el Rey dijera que ella era débil, porque sí lo era; de hecho, todos los que se acercaban a ella podían sentirlo. Qué patética.

—¿Naciste de esta manera?—Repitió Yoongi, sonando sorprendido.

La verdad, ella era la primera leona de montaña débil que él conocía.

—S... Sí, Mi Rey. No tengo ni la menor idea de cuál es la razón—Respondió ella.

Al escucharla, el Rey Yoongi asintió levemente, mientras recuperaba su posición y abría el nuevo libro que tenía en la mano.

Él no dijo nada de inmediato y, en lugar de ello, comenzó a leer.

—Puedes irte—Declaró el Rey finalmente, provocando un gran alivio en Sunghye.

Así que... ¿Realmente era eso todo lo que él quería saber?

—Muchas gracias, Mi Rey—Se despidió ella, se inclinó y se volvió hacia la puerta.

—No olvides que te quedan tan solo dos noches más—Mencionó de repente el Rey, haciendo que el corazón de la chica comenzara a latir muy rápido.

Ay, no...

Ante tales palabras, ella se detuvo en la puerta y lo miró fijamente; luego, sin decir nada más, se dio la vuelta y se marchó.

✧✧✧


Ya estaba casi completamente oscuro.

La Reina Hyesun camino hacia los aposentos del Rey con una pequeña bandeja en la mano, la cual contenía el té para el hombre.

El vestido largo que tenía puesto barría el suelo detrás de ella y las joyas alrededor de su cabello se ajustaban a una corona, aunque todavía no había ninguna. Únicamente la Luna del Rey podía llevar una corona.

Al llegar a la puerta de los aposentos del Rey, ella recibió una reverencia por parte de los guardias.

—¿Se encuentra adentro el Rey? Deseo verlo—Exigió la mujer, con voz estricta y autoritaria.

—Se lo haré saber—Anunció uno de los guardias, luego entró y regresó en muy poco tiempo.

—Puede entrar, Mi Reina—Indicó al regresar, apartándose del camino y Hyesun entró gloriosamente.

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