Episodio 10

139 14 2
                                        

Mientras Kyle seguía terminando de hacer el inventario y calcular costos Eric se levantó de su silla, se acercó al pelirrojo lo suficiente como para hacer que le preste atención (y de paso hacerlo sonrojar) y le sonrió.

- Antes de la cena quiero que me acompañes al jardín, hay algo que me gustaría preguntarte...

Kyle no hizo mucho caso a aquellas palabras pensando que sólo quería perder el tiempo así que sólo asintió sin dejar de prestar atención a lo que hacía en la computadora.

Pasaron las horas y al ver que Kyle no había llegado al lugar donde le indicó Eric fué a buscarlo personalmente, primero a su oficina y luego a su habitación, donde lo encontró sentado al borde de su cama y leyendo algo, este al notar su presencia volvió su mirada hacia él.

- ¿Qué quieres? Estoy algo ocupado.

- Te dije que quería verte antes de la cena en el jardín, estuve esperándote durante diez minutos.

- Si es para pedirme que te ayude a evadir impuestos otra vez olvídalo, no iré.

Al ver que el pelirrojo no estaba dispuesto a ceder tan fácilmente Eric le arrebató el libro de las manos y lo cargó entre sus brazos para llevárselo y pese a los gritos y reclamos por parte de Kyle lo llevó hasta el jardín, en donde había una botella de vino tinto y dos copas de cristal sobre la misma mesita blanca de la vez pasada. Los tintes y luces anaranjadas que ofrecía el atardecer le daban un toque romántico al momento, cosa que hizo sonrojar levemente a Kyle al pensar que parecía escenario de película romántica.

Eric bajó a Kyle y lo llevó con él hasta la mesa, le ofreció un poco de vino y pese a que Kyle no estaba acostumbrado a las bebidas alcohólicas aceptó por mera cortesía.

- Entonces, mi querido Kyle - Eric habló de forma tranquila rompiendo el silencio, bebió un sorbo de aquel costoso vino y prosiguió - te cité aquí porque tengo algo que preguntarte, más bien, es una propuesta...

- Sé directo ¿quieres? - Kyle miraba el interior de la copa sin beber el líquido que contenía, suspiró y en cuanto sus ojos volvieron a encontrarse con los de Eric se sonrojó, Eric por su parte se levantó y se acercó a él - n - no es otra de tus pendejadas ¿verdad?

- No lo es, judío - Eric le sonrió de forma coqueta y lo miró a los ojos provocando que el pelirrojo se sonroje aún más - Kyle, quiero que seas mi amante.

- ¡¿Qué?!

Al escuchar eso Kyle se sonrojó a más no poder y rápidamente se apartó, dejando la copa de vino sobre la mesa. Esto le parecía una locura, ¿cómo podría involucrarse con su jefe que estaba comprometido? Aunque por otro lado... Eric es un tipo alto y jodidamente apuesto pese a ser tan orgulloso, era difícil resistirse y Kyle lo sabía, más aún al darse cuenta que sus extraños sentimientos por Eric aún seguían ahí y se notaba.

- No finjas que no sabes, mi pelirrojo, ¿crees que soy lo suficientemente estúpido como para no darme cuenta de lo nervioso que te pones en mi presencia? Pues bueno, los dos obtendremos algo, es un ganar - ganar. Tú obtienes una parte de mi y yo podré tener una aventura con alguien más antes de casarme así que... ¿Qué dices?

- Olvídalo, no quiero ser el pasatiempo de nadie.

En ese momento Kyle se levantó dispuesto a irse cuando la voz de Eric ofreciéndole cien dólares adicionales a su sueldo si aceptaba lo hizo detenerse, era buena oferta pero ¿realmente podía aceptarla sin perder la dignidad? Era todo un dilema, por un lado no era correcto y le estaría haciendo daño a una chica que no se lo merece pero por otro lado estaba lo que su egoísta corazón quería, sus sentimientos y lo que el corazón le ordenaba. Estaba entre la espada y la pared, como si no pudiera decidir qué estaba bien y qué estaba mal, tratando de advertirse a sí mismo la locura que estaría cometiendo si decía que sí... Aunque él sabía que tarde o temprano cruzaría esa delgada linea entre lo correcto y lo incorrecto.

Eric se acercó a él, lo tomó por la cintura y lo acercó a él mirándolo a los ojos.


- Te propongo un trato. Cuando ella esté presente ambos tendremos que disimular y pretender que nada de esto pasó, pero cuando estemos a solas tendrás toda mi atención, ¿de acuerdo?


Kyle no dijo nada, se debatía consigo mismo si debía escuchar lo que su corazón le decía... Ah, al carajo, para qué mentirse si sabía que en el fondo él quería lo mismo. Suspiró y aún a sabiendas de que lo que estaba por hacer iba en contra de todos esos principios morales que por años había mantenido aceptó dispuesto a adentrarse en este juego llamado "amor"












































































Don't say yes! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora