Episodio 19

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La bomba de amor que se encontraba dentro del corazón de Kyle estaba por estallar, debía hablarlo con alguien sí o sí...

Probablemente no era la persona más adecuada para preguntar pero al no encontrar a otra persona que le inspire una mínima de confianza decidió preguntar a Kenny, ya que le había caído bien y pensó que al estar comprometido tendría experiencia en el amor y podría darle algún consejo así que decidió llamarlo durante su descanso y contarle lo que estaba sucediendo.

- Es una situación complicada Ky... - al otro lado de la línea se esuchaba la voz calmada de Kenny, suspiró y prosiguió - podría decirte con seguridad que estás enamorado de Eric pero el hecho de que esté comprometido te hace más difícil aceptarlo... Aunque por otro lado Eric es de las personas que difícilmente muestra lo que siente, sólo lo hace en contadas ocasiones. Además, ten en cuenta que jamás podrás hacer siempre lo correcto y menos si se trata del corazón, yo tuve que competir con un tal Bradley para ganarme el amor de mi conejito.

La llamada finalizó al poco rato, dejándole a Kyle un consejo final: podría pensar y sobrepensar todo lo que quisiera sobre la situación pero al final del día la decisión la tenía que tomar él.

Era confuso, por lo que Kenny le había contado podría parecer que Eric también estaba interesado en él pero no quería hacerse falsas ilusiones al pensar que tal vez no era sólo "el amante" porque al final del día él seguía comprometido. Decidió que simplemente se quedaría disfrutando del placer físico que el cuerpo de su jefe podría proporcionale, después de todo aún era joven e imprudente, llevaría las cosas demasiado lejos.

Los celos fueron inevitables cuando al día siguiente Kyle vió que Heidi recibía un ramo de hermosas rosas color rosado por parte de Eric. Ante esto el pelirrojo regresó a su habitación para no tener que ver eso y de paso buscar su teléfono, lo que no esperaba era que al entrar se encontraría un enorme y bonito arreglo de rosas rojas junto a una nota que decía "Du gehörst zu mir". No entendía alemán pero el arreglo de rosas le pareció muy bonito. Tampoco comprendía el por qué la diferencia de tratos entre él y la prometida del castaño pese a todo lo que han pasado, ¿tanto se aferraba Eric en querer impresionarlo con su dinero mediante regalos como ese? Frente a Heidi Eric quería aparentar una cosa pero cuando ella se encontraba ausente demostraba otra totalmente diferente, el sólo pensar en esto hacía que una presión extraña invadiera su pecho, justo en la parte donde se encontraba el corazón.

"Quizás sólo estoy sobrepensando" pensó, "tal vez no es nada de lo que estoy creyendo y solamente me estoy haciendo falsas ilusiones"

- ¿Te gustan? - la voz de Eric se hizo presente en la habitación e hizo que Kyle volteara hacia atrás, interrumpiendo sus pensamientos - las ví y pensé en tu feo cabello pelirrojo.

- Eres un idiota - la sonrisa y el leve sonrojo en el rostro de Kyle fueron inevitables - aunque no entiendo qué dice la nota.

- Te lo diré después.

Antes de que el pelirrojo pudiera volver a preguntar sobre la nota el más alto lo tomó de la mano y se lo llevó, no sin antes de asegurarse de cerrar la puerta del cuarto de Kyle.

Durante toda su jornada Kyle no pudo evitar pensar en lo que estaba pasando y eventualmente los pensamientos que rondaban por su mente en la mañana regresaron, nuevamente para confundirlo más.


Eric es de las personas que difícilmente muestra lo que siente.

¿Sería cierto? Porque bajo esa lógica podría pensar en que él realmente ama a su prometida, pero por otro lado los tratos especiales y regalos enviaban un mensaje diferente, como si su jefe tratara de impresionarlo con dinero y que tal vez esa haya sido la razón por la que le había mostrado su colección de autos y le pedía que eligiera uno para salir, tal vez se trataba de mostrar... ¿Interés? Era posible y a la vez no.

La rara sensación en el pecho regresó y junto a ella los latidos acelerados del corazón y el calor en las mejillas. Eric no tardó en notarlo y al hacerlo se levantó de su asiento para acercarse a su asistente y comprobar si estaba bien.


- ¿Te sientes bien Kahl? - la mano derecha de Eric se paseaba por el rostro del judío, tocando para comprobar si es que no tenía algún síntoma de fiebre, eso sumado a su voz tranquila hacían que el corazón de Kyle latiera con mayor velocidad.

- Sí, estoy bien. Quizá sólo sea que me siento algo cansado.

- Ya veo... - el más alto retiró su mano del rostro contrario para luego abrazarlo por los hombros y acercarlo a él - ¿sabes qué? daremos un paseo nocturno, quizá eso te ayude a sentirte mejor.

Ahí estaba nuevamente, la muestra de cierto interés y preocupación por él. ¿Tiene algo que ver con lo que Kenny le dijo? ¿a qué creía que estaba jugando? No lo sabía pero cada vez que miraba a Eric se recordaba a sí mismo que cuando todo esto empezó él sabía que Eric era un problema y aún así le dió entrada, como si al hacerlo supiera que él parecía ser su siguiente error.

Este amor era un juego que estuvo dispuesto a jugar aún sabiendo las posibles consecuencias. Pero como ya lo había pensado ambos eran jóvenes e imprudentes y llevarían esto demasiado lejos. La magia, locura, el cielo y el infierno estaban reunidos en una misma persona: Eric Theodore Cartman, su pesadilla vestida de ensueño que lo hacía volar a lugares en los que nunca había estado.

- ¿Kyle? ¿te encuentras bien?


Nuevamente esa voz que ya era un sonido familiar para él se hizo presente para sacarlo de sus pensamientos, esa voz tan magnética que lo atraía bastante.

- ¿Eh? Ah, s - sí, lo siento.

- Creí que estabas listo para irnos.

- Lo estoy, me distraje un momento pero sólo estaba organizando archivos.


Y sin decir más el pelirrojo apagó la computadora y salió de la oficina con su jefe. Salieron de la lujosa casa procurando no ser vistos por la prometida de Eric, subieron al auto y partieron dispuestos a perderse entre las calles nocturnas de la ciudad durante un buen rato.















































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