Episodio 14

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- Son para ti, para que no le cuentes a nadie lo que pasó anoche.

Aunque un poco confundido por lo dicho Kyle igual tomó el dinero, trató de levantarse para tomar un baño pero un horrible dolor de cadera fué lo que lo hizo caer al suelo. Eric rió al ver esto y justo cuando Kyle estaba por reclamarle siendo que él era el causante de este dolor lo cargó entre sus brazos y lo llevó al baño personal de su habitación, en donde ya le tenía preparada una bañera con agua caliente.


- ¿Quieres que me quede? No me importaría mirarte mientras tú...

- No - Kyle interrumpió, con ese mismo tono de voz serio que hacía que fuera más difícil para Eric querer discutir - nos meteremos en problemas si alguien te ve aquí.

- Bien... - suspiró, desilusionado porque en el fondo le agradaba la idea de tener un momento así con Kyle - entonces iré a traerte una toalla y ropa para que te cambies.


Mientras Kyle se bañaba Eric cerró la puerta y sacó una toalla blanca de su armario, la dejó en la cama y fué a buscar algo de ropa en el cuarto del pelirrojo. Mientras tanto él se bañaba pensando en todo lo sucedido la noche anterior, que si bien le había gustado no dejaba de pensar en que a pesar de que los dos lo habían disfrutado lo que hacían no era correcto, después de todo Eric estaba comprometido... Pero era tan difícil resistirse cuando él se le acercaba con obvias intenciones de coqueteo, por más que tratara de advertirse a sí mismo que las cosas podrían terminar mal si seguía así parecía que siempre acababa cediendo ante lo que su corazón quería.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Eric entró nuevamente al baño dejando las toallas y la ropa para que Kyle pudiera tomarlas, luego salió tratando de no mirar demasiado a Kyle.

Bastaron un par de minutos para que el pelirrojo terminara de bañarse y cambiarse, bajó al comedor en donde su jefe lo esperaba junto con su prometida.

Ese día fué tan ocupado como de costumbre, con la diferencia de que Eric se notaba nervioso luego de recibir un mensaje. Aunque no lo admitiera esto le preocupó pero siguió trabajando como siempre pretendiendo que todo estaba bien. Fué hasta el anochecer cuando después cenar Eric le pidió a Kyle que se quedara un rato más con él a beber una copa, él aceptó aunque normalmente no solía beber, ni siquiera cuando estaba en la universidad.

Ambos bebían margaritas a la luz de la luna, mirando el cielo desde la misma terraza en la que habían estado el día anterior, bebiendo en silencio y hablando un poco sobre los últimos días de trabajo. De un momento a otro Eric comenzó a hablar con Kyle sobre lo que lo tenía tan preocupado ese día: resulta que su madre vivía en otra ciudad y esa misma tarde le había enviado un mensaje diciendo que quería visitarlo. Kyle no quiso preguntar de más suponiendo que era un tema complicado para Eric, más porque le había dicho que su relación con ella era un poco complicada, y quizás fué efecto del alcohol (aunque probablemente no) lo que hizo que el más alto se sintiera con la confianza de contarle a Kyle sobre su relación con su madre, sobre los días que pasaba solo en casa e incluso las noches que también debía pasar solo, que jamás se interesó demasiado en lo que hacía hasta que su pequeño negocio de hamburguesas comenzó a progresar y a expandirse, pasando de ser un simple local instalado enfrente de su casa a una cadena de restaurantes de lujo. Fué la primera vez que Eric pudo sincerarse con alguien.

Durante esa y el resto de noches de la semana Kyle pensaba en lo que el castaño había hablado con él y sobre todo en la manera en que hablaba, en cómo por fuera era un cabrón narcisista, orgulloso, calculador y manipulador pero que por dentro era un tipo que podía ser atento (aunque eso al parecer sólo lo demostraba con él) y que buscaba la aprobación, cariño y atención que no obtuvo en casa. Un cordero que usaba la piel de lobo para aparentar, pero sin dejar de ser un cordero a final de cuentas.


Fué una tarde en la que Kyle volvía a ordenar su escritorio luego de una larga jornada de trabajo cuando Eric entró repentinamente a la oficina, cerró la puerta y se acercó para abrazar a su asistente por la cintura. Al notarlo algo decaído Kyle lo dejó abrazarlo y también lo abrazó haciendo que sus brazos quedaran alrededor de su cuello, se miraron a los ojos y después de unos segundos de silencio en los que parecía que iban a besarse el castaño habló.

- Salgamos de esta ciudad. Quiero conducir fuera de la ciudad y lejos de las multitudes...






























































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